La semana pasada, el Comité de Redacción de El País se reunió con la dirección y, con posterioridad, hizo público un comunicado para los trabajadores del diario dando noticia de la entrevista. En el escrito, que muestra la difícil situación que se vive en el buque insignia de PRISA, aparecen claras señales de que los intereses de la empresa o de sus directivos ha calado hasta llegar a influir en las informaciones que se publican. Esto aunque el texto de la nota del Comité, según han informado a ELPLURAL.COM en fuentes de la propia redacción, está consensuado con la dirección y, por lo tanto, se puede deducir que resulta 'más suave' que la realidad que viven los periodistas del diario que hasta hace no mucho tiempo era considerado el portavoz del progresismo.

"Un pequeño déspota"
El Comité, conforme a lo que marcan los estatutos, se reunió con Antonio Caño y otros miembros de la dirección para tratar, en especial, las quejas que les estaban llegando desde un creciente número de profesionales preocupados tanto por "el control que se está viviendo sobre la información", según ellos, como por la relación que se ha establecido con la nueva dirección, especialmente alguno de sus miembros. En este último caso, especialmente señalado quedó el nuevo director adjunto, David Alandete, del que en la redacción hablan como de "un pequeño déspota" de trato maleducado.

Antonio Caño, director de EL PAIS desde la pasada primavera



Para la redacción de esta noticia vamos a utilizar la estructura de la propia nota del Comité. En ese sentido, el primer punto que se recoge en el informe se centra en la "Información sobre la Monarquía". Sobre la relación entre la dirección del diario y la Casa Real en ELPLURAL.COM ya hemos dado datos en otras notas anteriores, en especial en lo referido a artículos del director, Antonio Caño, y del Presidente de la empresa, Juan Luis Cebrián.

El País y la Casa Real
El Comité, en su informe para los redactores, descubre que "preguntó sobre el tratamiento informativo que se ha hecho de la abdicación de Don Juan Carlos y la proclamación de Felipe VI", y esto porque "varios miembros de la redacción se han quejado del desequilibrio que, a su juicio, se ha producido en ese despliegue". Y señalan una serie de 'olvidos' que se produjeron y que dañaron, en su opinión, la información ofrecida: "en la edición especial en papel del día de la abdicación no se incluyó ninguna información específica sobre el caso Nóos ni sobre el viaje a Botsuana del anterior Rey, que pueden ser elementos relevantes para explicar la abdicación", se lee en el informe.

En su respuesta a esta queja, dice el Comité, "Caño (Antonio, el director) recordó que ese especial se hizo en cuatro horas" lo que explicaría que "no hubo materialmente tiempo para una planificación minuciosa". Posteriormente aseguró a los representantes profesionales de la redacción que “no hubo orden alguna de ocultar nada, ni se levantó ninguna información sobre eso, ni se prohibió la publicación de ninguna foto. Si no se incluyó la imagen del Rey con el elefante es porque nadie la seleccionó. Si alguien lo hubiera hecho, seguramente (sic) hubiera aparecido”. Además enfatizó, según la nota del Comité, "el carácter histórico de la noticia para explicar por qué se puso énfasis en la trayectoria del Rey al margen de esos episodios: “En el momento de la abdicación de un Rey no puedes perder el foco por lo que haya ocurrido en los dos últimos años”".

"Una historia de color, bondadosa"
Aún sobre este tema de la monarquía y la información que se da en El País, el Comité dice que "trasladó las quejas por el espacio en su opinión insuficiente dedicado a la noticia sobre la prohibición de exhibir banderas republicanas el día de la proclamación de Felipe VI", a lo que el director respondió que "El País es “el medio que mejor cubrió las protestas” el día de la proclamación". Igualmente el Comité se hizo eco de quejas de los redactores por informaciones publicadas en las que se presenta a la familia real "como una familia más" lo que podría "resultar chocante o incluso ofensivo para muchos lectores".

Sobre estas 'informaciones', como una titulada, "Leonor, niña y princesa", en las que se escribían frases como "Felipe y Leonor son tranquilos, pero cuando quieren algo en serio, entra en juego una mente de estrategas incansables" ya les informamos en ELPLURAL.COM, porque provocaron gran revuelo incluso en las redes sociales.  En este caso, dice la nota del Comité, "el director afirmó que el tono dado a esas informaciones no es excepcional en casos como estos. “Un reportaje de ese tipo responde a lo que es: una historia de color, bondadosa (sic)”, dijo".

Redacción central de EL PAIS. Foto El Pais



Cambios en los textos sin consultar a los autores ¿Censura?
El Comité informaba en su nota, a continuación de que "preguntó a Antonio Caño por la intervención de la dirección en algunas informaciones sin consulta previa a los redactores, que ha aumentado en estos dos últimos meses". Algo, que según ha sabido ELPLURAL.COM en fuentes de la redacción, se vive por no pocos redactores como una "censura inaguantable".

El Comité añade en su nota además que no sólo "señaló que algunos cambios realizados en elementos destacados de las noticias han dado lugar a errores", sino que, sobre todo, "trasladó su preocupación por que esa intervención sin consulta previa sea interpretada como una falta de confianza en el criterio de quienes elaboran las crónicas". La respuesta a estos comentarios por parte del director fue decir que “cuando se cambie el texto de un redactor se debe consultar con él, se debe contar con su opinión. Algunas veces es imposible porque es muy tarde, pero incluso entonces yo no tengo inconveniente en hablar después con cualquier redactor que pida una explicación”, aunque añadió “cuando he dado la indicación de cambiar un texto, generalmente ha sido para descargarlo de opinión. Es una batalla que voy a insistir en dar. No es falta de confianza hacia ningún redactor, es respeto al lector”.

Publicidad, información y la distancia que deben mantener
El Comité planteó después a la dirección un tema del que siempre había presumido El País: la separación entre informaciones y publicidades que pudieran ir relacionadas, y ser reforzadas, por esas informaciones.  En este sentido, el Comité se quejó de que "la publicidad del Santander que acompaña a las informaciones sobre Fórmula Uno, también por cómo está colocada (en el encabezamiento de la página), traslada la idea de que la publicidad puede condicionar a qué dedica el periódico su espacio informativo".

El director, según la nota del Comité, vino a decir que desconocía qué había sucedido en esos casos, pero "recalcó que la credibilidad del periódico no se pone en riesgo por la publicidad que se vincule a un acontecimiento deportivo. Ni tampoco, añadió, por el hecho de que en suplementos como Buena Vida sea frecuente enfrentar dos páginas, una con publicidad de una marca y otra con una información genérica relacionada con aspectos de productos que vende esa marca".

Pablo Iglesias y las preguntas 'desaparecidas'
También pidió el Comité aclaración a Antonio Caño a cerca de la desaparición de la web del diario "durante unas horas" de tres preguntas de una entrevista realizada al líder de Podemos, Pablo Iglesias. "Estas preguntas -se lee en el informe- hacían referencia a las relaciones con Venezuela de la fundación ligada a este partido; en sus respuestas, Iglesias comparaba esa relación con la mantenida por el Ministerio de Defensa de España con el Gobierno de Hugo Chávez o los negocios del Grupo Prisa en Latinoamérica".

El director de El País aseguró a los representantes profesionales de su redacción que lo sucedido fue “un error inocente”. "Según ha explicado -se lee en el informe-, esas preguntas se formularon porque el periódico estaba preparando la información sobre el dinero recibido de Venezuela por la fundación ligada a Podemos. El director ha afirmado que pidió que esas preguntas no se incluyeran en la entrevista para poder usarlas en esa información, pero por error sí se incluyeron en la versión web. Cuando la dirección se percató, las retiró, pero al ver las reacciones de lectores que acusaban al diario de censura volvieron a incluirse".

Titulares de encuestas que resultan... "equívocos"
El Comité concluye su informe recordando "las quejas recibidas por los titulares en primera página de algunas encuestas publicadas en las últimas semanas por el periódico, especialmente la que preguntaba sobre la abdicación del Rey y sus consecuencias".  Según el Comité de Redacción de El País, "las quejas se han centrado en el titular de apertura de la edición de papel del 8 de junio: “Una mayoría prefiere a Felipe VI que a un presidente republicano”". La encuesta, recuerdan, "señalaba que el 49% de los encuestados dijeron preferir a Felipe VI. El comité preguntó si podía resultar ambigua la expresión “una mayoría” y si no sería mejor titular en estos casos con el porcentaje".

Una observación a la que el director respondió diciendo que "el titular era suficientemente claro, que un 49% es una mayoría aunque no sea absoluta y que esa opción es mejor que titular con el porcentaje exacto". También se le preguntó por la selección de este dato para la portada, mientras que se dejaba para páginas interiores otro titular de la encuesta en el que se señalaba que el 62% de los españoles se muestra "partidario de celebrar “en algún momento” un referéndum sobre la monarquía". A este comentario, Caño respondió que, "dado que la pregunta (redactada, aclaró, por Metroscopia) introducía el matiz de “en algún momento”, la respuesta podía no ser suficientemente ilustrativa como para llevarla a primera".

Peor que la manipulación, la incompetencia
Este informe, como hemos señalado, estaba 'pactado' entre el Comité y la dirección, en el sentido de que ambas partes se muestran de acuerdo en que recoge la literalidad de lo sucedido durante el encuentro. En ese sentido, nos aseguran en la redacción del diario, no resulta sino un reflejo tímido de lo que realmente se vive: "estamos desconcertados -dice a ELPLURAL.COM un redactor ya veterano-; ya no es sólo que en los últimos tiempos resulta patente la influencia que tienen en el periódico Moncloa o Zarzuela; casi lo peor es la sensación de que el periódico está en manos de 'amateurs', gente prepotente, como David Alandete, un tipo sin preparación... Al final, casi más que la manipulación, lo que duele es la incompetencia de quienes dirigen el diario".