José Luis Baltar fue, y para muchos sigue siendo, una institución en Galicia. Durante décadas presidió la Diputación de Orense y el PP en esta provincia y lideró el denominado sector de la "boina" del PP gallego enfrentado al sector del "birrete". Los de la boina representaban el poder del PP gallego rural, los del birrete eran los urbanitas y en tiempos de Manuel Fraga el poder de los de la "boina" era indiscutible frente a los del birrete entre los que estaba Mariano Rajoy. Baltar llegó a definirse a sí mismo como "cacique bueno" y no ocultaba que él repartía puestos de trabajo y decidía donde se hacían obras y donde no. Su poder era temido y a raíz del desastre del Prestige con las batallas internas que se desataron en el PP gallego, perdió poder. Hasta hace no mucho era impensable en Galicia ver a Baltar sentado ante un juez por una práctica demasiado habitual en esa Comunidad Autónoma: enchufes laborales a cambio de votos de familias enteras.

Una foto de otros tiempos, cuando Baltar tocaba y los demás aplaudían, cuando se autodefinía como 'un cacique bueno'. Foto EFE Archivo



Llamada a navegantes
A pesar de las denuncias de los partidos de la oposición, sobre todo del PSOE de Ourense, fue finalmente la Fiscalía quien denunció a José Luis Baltar por un presunto delito de prevaricación al contratar como trabajadores de la Diputación al menos a 104 personas, todas ellas a dedo y sin pasar prueba alguna de selección. La plantilla de la Diputación llegó a ser disparatada, con más de dos mil trabajadores, y con puestos de trabajo sin sentido. En sus conclusiones el fiscal Florentino Delgado afirmó que "junto al presidente de la Diputación se sientan en el banquillo una manera de hacer las cosas, una idea de lo que es la administración pública, del servicio al ciudadano". Además destacó que las contrataciones realizadas por la institución provincial carecían de publicidad y por tanto impedían el acceso igualitario al empleo público en la Diputación. Las contrataciones masivas a dedo se hicieron además en plena crisis cuando encontrar trabajo en Ourense era prácticamente imposible. Por todo ello pidió una sentencia que sea "una llamada a navegantes" para atajar este tipo de comportamientos en los políticos. El fiscal fue contundente y definió la manera de actuar de Baltar como el de una persona que "piensa que es más que el ordenamiento", es decir que piensa que está por encima de la Ley y la institución que dirige su cortijo particular.

El PSOE pide la devolución del dinero
Un informe de la interventora ha cifrado el coste para las arcas públicas de los 104 enchufes de 696.66,58 euros, cantidad que el abogado del PSOE -personado en la causa como acusación particular- pague de su bolsillo en concepto de responsabilidad civil. Por su parte la Fiscalía pide que sea condenado a diez años de inhabilitación para ocupar cargo público.

Una Diputación 'hereditaria'
Si el caciquismo ha sido una 'tradición' en Galicia afortunadamente ya en cuestión, el caso de la Diputación de Ourense y la familia Baltar sigue siendo paradigmático. Baltar padre, el auténtico 'señor' de Ourense, dejó la política pero le sucedió su hijo, Manuel Baltar, actual presidente de la Diputación y que además impidió que la institución provincial investigara los enchufes de su padre. Baltar padre e hijo se enfrentaron al Presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, hasta el punto de que la familia Baltar amagó con aliarse con Mario Conde o abandonar el PP pero el Presidente de la Xunta y del PP gallego no puede permitirse el lujo de enfrentarse a los Baltar. Son demasiados los votos en juego y tuvo que ceder ante la familia más famosa y poderosa de Ourense.