Valga como ejemplo del caos organizativo alrededor de la ceremonia de proclamación del rey la vivencia de este periodista. Que no es ni mucho menos única. Es sólo el botón de muestra de lo que vivieron otras decenas de redactores y gráficos.

Carmen Martínez de Castro, secretaria de estado de comunicación, responsable del caos
El pasado lunes día 9 de junio, dentro del plazo establecido, ELPLURAL.COM solicitó la acreditación para la ceremonia para este periodista y para un gráfico. Una semana larga después, este martes 17, se nos informó, por fin, que las acreditaciones podían recogerse a partir de las 8 de la mañana en el Senado. Quien supuestamente organizaba la expedición y entrega de acreditaciones era la Secretaría de Estado de Comunicación, al frente de la cual está quien desde hace años es la mano derecha de Mariano Rajoy en estos asuntos: Carmen Martínez de Castro.

Poco después de las 8.30 este redactor se personaba para recoger su credencial en la puerta del Senado... Bueno, la puerta es un hablar. Había ya varias decenas de personas esperando que formaban una larga cola.., inmóvil. Completamente inmóvil.

Cola de periodistas en la calle, esperando a recoger sus credenciales en la puerta del Senado



Espera, espera, espera, espera...
Solo pasada una larga hora, sin que se hubieran producido apenas movimientos, una persona encargada de prensa apareció recorriendo la cola, que, como se ve en las fotos que acompañan la información, no había dejado de crecer. El problema, se balbuceaba una explicación, estaba en que simplemente no se habían impreso todos los carnés de identificación. No habían tenido tiempo. Esto, aunque se había cerrado el plazo de inscripción hacía una semana.

Las quejas eran cada vez mayores. Cuando llegó a nuestra altura la funcionaria, vimos que venía trayendo una lista de las acreditaciones que ya tenían preparadas. En aquel momento casi ninguno de los que estábamos allí aparecíamos en la lista. En mi caso, le 'sonaba' que ELPLURAL.COM estaba en la lista de los incluidos en el pool para entrar en el Congreso. Como si así me consolara me dijo: "pero quédate si quieres, porque para cuando llegues a la mesa -que habían colocado justo en la puerta de la entrada del Senado- ya estará tu acreditación.., seguramente".

Seguía entonces a la misma distancia de la puerta y su comentario venía a indicarme que el proceso sería tan lento como había sido hasta el momento, así es que daría tiempo a hacer más acreditaciones ¿Por qué no la mía? Tan sólo en la lentitud en la que se movería la cola no mintió.

"Colar" a los corresponsales extranjeros
El malestar entre los que se encontraban en la cola no paraba de crecer. En mi caso, estaba rodeado por dos periodistas norteamericanos, un productor italiano y una periodista francesa. No daban crédito a la situación que vivíamos. Pero al final resultaron los más beneficiados. A las 10.35, cuando llevábamos allí casi dos horas, otra funcionaria apareció pidiendo el carné de los periodistas extranjeros y ella se encargó de traerles su acreditación personalmente.

Corrillo para repartir los carnés de pool para los fotógrafos en las aceras de la calle, en el exterior del Senado



Mientras, los gráficos, más revueltos porque querían aclarar dónde se les dejaría situarse, habían logrado que una de las subdirectoras de la Secretaría de Estado, acompañada de un par de sus funcionarios, apareciera con paquetes de credenciales que como comprobamos, comenzaron a repartir, sin control aparente, con la brecha de seguridad que eso podría suponer, ante la presión de los fotógrafos, como se ve en la foto que acompaña.

Por fin, a las 12.31, casi cuatro horas después de espera en la cola, llegamos a la mesa donde se reparten las credenciales. Y entonces se confirma el caos. Nuestra solicitud, como la de tantos otros, presentada el día 9, aún no ha dado por resultado la expedición de la necesaria acreditación. Para mayor absurdo, sí está preparada la acreditación de nuestro compañero gráfico.

Vuelva usted... más tarde
La funcionaria que se encuentra allí reconoce que tienen un caos organizativo, excusa en que una semana no ha sido suficiente para organizar algo tan simple como la impresión de unas credenciales y nos piden regresar... a lo largo del día. Les explicamos que llevamos cuatro horas de cola. La contestación de una de las funcionarias es muy significativa: "también yo estoy aquí desde las 7 de la mañana". O sea, que eso es lo que hay.

Cuando nos íbamos, para tener que volver 'a lo largo del día', la cola seguía allí, tan larga como la encontramos cuatro horas antes. Los comentarios y las caras pueden imaginarse fácilmente.