Hace unos días, Doña Beatriz Gimeno escribía un artículo titulado "Vientres de alquiler en ‘El País’: gato por liebre". Texto poco respetuoso con muchas personas, dos de ellas fundamentales para mí: la mujer que gestó a nuestro hijo, de la que nada sabe ni conoce, lo que no evita que la llame “vendida”. Y él, un niño que no tiene capacidad de defenderse.

No puedo por menos, Sra. Gimeno, que estar de acuerdo con usted cuando habla del artículo de El País “Las familias españolas buscan vientres de alquiler ‘baratos. Es una muestra  de periodismo tendencioso, de mal periodismo, y que más bien parece  un publirreportaje”. No es que lo parezca, es publicidad e incluye vínculos a páginas webs de ciertas empresas. Dicho esto, no deja de sorprender el uso por su parte de estos descalificativos, toda vez que el titular es, justo, el que usted prefiere para hablar de esta técnica reproductiva: “vientre de alquiler”.

Fui un ingenuo, lo confieso. Una periodista me llama, me dice que va a escribir un artículo sobre Subrogación y yo lo creo. Hablo sobre ética, buena praxis, regulación, ejemplarizo la diferencia, abismal, entre Gestación por Sustitución y vientre de alquiler y luego… tira de archivo y mi familia se convierte en imagen viviente de la búsqueda de vientres. De alquiler. Y baratos. El publirreportaje, señora, en realidad es repugnante y me deja a los pies de los caballos, cosa que usted ha sabido aprovechar.

Beatriz, me ha escuchado hablar sobre Subrogación, cómo es y en qué consiste. Al igual que mi defensa a ultranza de ella como lo que es: una técnica de Reproducción Asistida. No porque lo diga yo, pobrecito hablador nacido en un pueblo de provincias. Porque lo dice la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) o el Comité para la Supervisión de la Tecnología de Reproducción Asistida (ICMART), que asesora a la OMS, o los Comités de Ética de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) o la Asociación para la Tecnología Reproductiva. Por no mencionar a especialistas españoles en reproducción.

Que un periodista, en un publirreportaje, no diferencie es esperable. En usted, que compartió mesa conmigo en las IV Jornadas de Familias organizadas por la FELGTB, hace ahora un año, es poco entendible.

Afirma usted que “...esta práctica comercial está prohibida no sólo en España, sino prácticamente en toda Europa y que muchos países europeos han realizado estudios e informes en los que reiteradamente se ha recomendado su no regulación;…”. No, en España no está prohibida. Aunque es una cantinela muy conocida y popular. No hay penalización alguna por su práctica, como se constata en la Ley de Reproducción. No hay ni una sola familia que haya sido denunciada o imputada por nada, porque nada prohibido se ha hecho. Nada ilegal.

Salvo que usted pretenda acusar a la Fiscalía del Estado de dejación de funciones, tal afirmación no se sostiene.

Los informes en contra derivan, en general, de sectores conservadores o ultraconservadores. Comprenderá por tanto mi sorpresa al ver que ciertas frases de su articulado podrían ser fruto de otros enunciados: “Es una nueva forma de explotación del cuerpo de la mujer, mercantilista, de rico sobre pobre que se está introduciendo al amparo de estas cosas. Por eso considero que no debe darse en ningún caso” (B. Blanco, Pdte. del Foro Español de la Familia, octubre, 2010).

Puede existir el abuso, pero eso solo es posible si no hay regulación. Nadie sabe qué habría pasado en España si no se hubiese legislado sobre los trasplantes. O ya puestos, en toda Europa. Por esto, la Conferencia Internacional de Derecho Privado de la Haya elaboró un informe, en 2012, sobre Gestación por Sustitución, en el que dice: “Hay una necesidad de un instrumento multilateral que cree estructuras y procedimientos que permitan a los Estados asegurar que estas obligaciones éticas y médicas se están cumpliendo en el contexto internacional”. Por si le interesa estar actualizada, le comento que el “Consejo de Asuntos Generales y Política” de la Conferencia de La Haya, en su reunión anual, del 8 al 10 de abril de 2014, acordó trabajar para desarrollar un instrumento multilateral, un tratado internacional, en este área. Su afirmación sobre “que reiteradamente se ha recomendado su no regulación” como ve, está algo alejada de la realidad y casi diría que está hecha para practicar el engaño, la falacia.

Me llama comprador y afirma, tajante, que  “...Fuentes cuando se queja de que el problema es que en el único sitio en el que existen garantías legales (¿para quién?), en California, esta opción cuesta 100.000 euros… Lo que este señor quiere es que además de que las mujeres se vean obligadas a poner precio a sus embarazos, éste sea un precio barato”. Que no, Gimeno, que no. Pone en mis labios palabras que no he dicho. No se puede poner precio a una gestación. Como no se le pone precio a un pulmón o a un corazón. Menos aún voy a asociar las palabras precio y barato.

Cosa diferente es que la normalización en España allegaría la medicina a las personas, eso sí. Y evitaría costes de todo tipo a las familias.

Facilitar el acceso los derechos sexuales y reproductivos es un combate que debe implicar a personas y poderes públicos. Luchemos contra los recortes de estos derechos para tod@s. Con independencia de sexo u orientación sexual.

“Fuentes habla por los compradores, por los que pagan, igual que todo el artículo, que usa la frase “vientres de alquiler”. Una periodista, con una ética más que dudosa, ha manejado la imagen de mi familia para publicitar ciertas empresas. Como si alguien emplease su cara para promocionar un bufete de abogados bajo el lema de “especialistas en crímenes de amor, en violencia pasional”. Usted se sublevaría por el empleo espurio de su perfil y porque el nombre es Violencia de Género. “vientre de alquiler” sale de tres tipos de bocas: las que denigran la técnica, las incultas y las que quieren beneficiarse mediante el vocablo “vientre” con la excusa de que es “un potente motor de búsqueda en internet”. Usar ese nombre referido a mí es como si me diese una bofetada en pleno rostro.

Dice usted que los pobres, para poder comer, tendrían que hacer de su sangre una mercancía que se verían obligados a vender. Curioso que mientras esto lo ve claro la mayoría de la gente, no se ve tan claro cuando nos referimos al caso del cuerpo de las mujeres…” La donación de la capacidad gestacional es un regalo. Si en algún sitio no es así, hay que afanarse para que lo sea. Y hay que estar muy seguro que tal regalo se da con conocimiento, con consciencia, sin presiones, sin engaños. Para eso la Regulación y el Consentimiento Informado.

Prosigue aseverando qué es o qué no es capaz de hacer una mujer: “...nadie gesta el hijo de un completo desconocido, con los enormes costes de salud y psicológicos que esto tiene, si no hay precio por medio,…”. La mujer no es tan cicatera, señora. Que usted no lo haga, no quiere decir que otras no puedan. Lo hacen. Claro que, para entenderlo, en vez llamarlas “vientres” debería conocerlas y vivir sus motivos, sus razones. Por cierto, ¿alguna vez ha hablado con una gestante, con una mujer gestante subrogada? La ignorancia es atrevida, como sabe. Opinar de oídas, permítame, puede conducir a lo injusto. Doña Beatriz, no generalice y piense que las mujeres tienen un corazón pequeño. Hay mujeres que donan sus capacidades reproductivas. Pese a ser para un desconocido que no es su propia hija o su nuera, un amigo gay,....

Y sí, los costos fueron grandes. Tal vez usted hubiese preferido que no le contratase un seguro de salud, que no le cubriese la baja laboral, tal vez debería de haber pagado ella, de su dinero, sus desplazamientos, las medicinas o las necesidades de nueva ropa. Pero no me dio la gana, porque a mí eso no me parece ético.

Es fácil invocar medicina reproductiva en España, donde la solidaridad de TOD@S permite financiar las diferentes técnicas en mayor o menor medida, donde las bajas laborales son sufragadas por tod@s. No es la norma. En otros lugares la medicina es muy cara y una baja por maternidad o complicaciones del embarazo corre a cargo de la trabajadora. Podría haberla utilizado y aprovecharme de ella pero, ¿sabe una cosa?, soy un hombre decente. No pago la generosidad de las personas con malsana mezquindad.

¿Existe explotación? ¿Tráfico de órganos? No lo dudo, pero nadie llamará traficantes a la Organización Nacional de Trasplantes. La donación en España es altruista. Tiene sus compensaciones, eso sí, que incluyen el gasto médico, revisiones, apoyo económico para desplazamientos, los pisos o lugares de residencia en caso de estar lejos de la vivienda habitual, la baja laboral. Podríamos no hacerlo de esta suerte, pero eso sería un fraude, señora. Porque el altruismo hay que agradecerlo, no sangrarlo.

Concluye usted con la apoteosis final : “La prueba es que ninguna rica se someterá nunca a ello, así que la cuestión de la clase es, además de la de género, la cuestión absolutamente determinante en esta transacción, que es pura explotación”.

Uno de los requisitos para ser gestante subrogada es tener unos ingresos estables y por encima de un límite. Lo que evita los motivos economicistas. La misma filosofía que en donaciones de órganos o ensayos clínicos. Si donar un riñón supusiese, por ejemplo, una baja laboral para toda vida, podría ser un incentivo, pero solo se concede la baja que se necesita, de modo que con esa regulación se previene la mercantilización.

Su casa es una típica casa estadounidense, ya sabe, como en las películas: rodeada de un amplio jardín, anchos ventanales a ambos lados de un porche, donde pende el balancín para sentarse a ver los atardeceres, un gran garaje donde reposan los varios coches que tiene. Era diciembre. Celebraba su cumpleaños. Amigos, hermanas, su madre, viuda, con su pareja, sus hijas, nosotros, Ella…Tras la cena propuso ir a la plaza del pueblo. Se inauguraba el alumbrado navideño. El sol caía ya cuando salimos a la calle. Su hija pequeña, parloteando como hace siempre, se colgó de mi brazo. Delante, la hija mayor agarraba a mi marido por la cintura mientras Ella caminaba junto a su madre. Llegamos justo a tiempo y el gran árbol se iluminó en un estallido de colores. El coro comenzó a cantar un conocido villancico y sus hijas alzaron la voz uniéndose al cántico. La miré y vi sus ojos fijos en los míos. Sonreía.

¿Qué la compré? Usted no sabe la dignidad, el orgullo, que hay en Ella cuando dice eso. ¿Qué se vendió? No tiene usted, ni tendrá, un ápice de la humanidad, de la integridad, que Ella representa, del amor que puede generar a su alrededor. No vuelva a insultarla. Jamás, señora. Ni a Ella ni a otras mujeres como Ella.

Ella es única. Para nosotros. Pero…no es única ni un caso extraordinario. Lo crea o no hay mujeres, miles, así de generosas, así de íntegras, así grandes. Que ejercen su Autonomía. Que no se venden, señora, porque va contra sus principios. Los que usted no les reconoce, como si solo existieran lo suyos, como si usted estuviese ungida por la madre primordial para tener la verdad anidada en su lengua.

Esto es lo que defiendo. Porque es real y es lo que deseo para otr@s. Mi familia no es una ocurrencia excepcional pero, aún cuando lo fuese, trabajaré porque en España, y más, la Subrogación sea como yo la he vivido.

Una historia tremenda de amor, generosidad, respeto y afecto.

Pedro Fuentes Castro, Padre por Gestación Subrogada. Es vicepresidente de la Asociación Son Nuestros Hijos(SNH) y columnista de la Revista Oveja Rosa

Especialista en Ginecología y Obstetricia. Doctor en Medicina

Orgulloso Hombre. Orgulloso Marido. Orgulloso Homosexual.

En Twitter es @PeFuCas

Si quieres más información puedes acceder a la web de la asociación por la Gestación Subrogada o al blog Son Nuestros Hijos, donde Aurora González Ginzo también ha publicado un artículo sobre este asunto