Parto de la base de no conocer personalmente al SEÑOR (sí, con mayúsculas) Chema Herzog, concejal en Rentería y aunque conozco a muchos políticos vascos me duele no haber conocido nunca a Chema. Aunque nunca es tarde…

Presento esta explicación porque no me mueve ningún tipo de valoración política sobre lo sucedido, entre otras cosas porque no he militado ni milito en ningún partido ni he compartido mesa y mantel constantemente con los mismos políticos de las mismas siglas. Pero me molesta que por las declaraciones del SEÑOR Herzog alguien vaya vendiendo a la opinión pública un falso mensaje: que se ha “atacado a las víctimas”.

No, el SEÑOR Herzog no ha atacado a LAS víctimas. Cabe la respetable posibilidad de que algunas víctimas se hayan sentido atacadas, pero con las que he hablado del tema en las últimas horas y que pertenecen a la AVT, ninguna ha sentido ataque alguno. Es más, coinciden en que hay mucho recién llegado a este tema cuya ignorancia le hace arrogarse una representatividad que no le corresponde, entre otras cosas porque hablan sin antes consultar la opinión a sus propios miembros, por no haber vivido de cerca el terrorismo de ETA o por no conocer la realidad social que se vive en el País Vasco.

Ante esta situación en la que, reitero, no son LAS víctimas quienes se sienten atacadas, me ha venido al recuerdo una vivencia sucedida en 1993. Cuando ser víctima del terrorismo era poco menos que una lacra social, tuve el privilegio de colaborar con la antigua AVT como delegado en Cataluña. Un diario vasco me pidió colaboración para entrevistar a algunas víctimas del atentado en Hipercor. Una de ellas, que para su bien resultó herida muy leve, realizó unas declaraciones de absoluto posicionamiento político contra quien gobernaba entonces y fue la Junta Directiva de aquella antigua AVT la que me recomendó que no contara con aquella persona para ningún otro asunto en los medios.

¡Qué diferencia con lo que está sucediendo en los últimos años! De un tiempo a esta parte parece que sean “las” víctimas del terrorismo las que marcan la línea política de los correspondientes gobiernos. Algunos de los representantes (y repito, sin consultar previamente a nadie) abogan por la venganza si no hay justicia, piden la salida de España del Convenio de los DDHH, la expulsión de los árabes de España, exigen la desobediencia a las leyes establecidas, inciden en opiniones jurídicas absolutamente fuera de lugar y de contexto, explican como propias heridas y secuelas que jamás han sufrido, se dedican a ofrecerse para conferencias en foros de ideologías que rozan lo antidemocrático, cambian de objetivos dependiendo del cargo político que les ofrezcan dentro o fuera de España, desean la muerte de un terrorista como algo compartido por las demás víctimas, afilian a sus siglas a víctimas ya fallecidas o que a duras penas podrían teclear un ordenador… o acaban exigiendo que un partido político expulse a quien, con una valentía y una coherencia ejemplar, solo presenta su opinión personal.

¿Por qué ocurre y se permite todo esto? Porque alguien ha dado a ciertos miembros del colectivo una representatividad política de la que otros llevamos huyendo media vida. Representatividad que, claro está, ha de llevar comprometida una utilización del dolor y más adelante el cobro de los favores otorgados. Y ahora llegan los problemas y las consecuencias para quien ofreció y quien recibió…

Desconozco la totalidad de la versión ofrecida por la señora Pedraza y/o por su delegado en el País Vasco y por tanto no opinaré sobre la misma. Si fuera cierto el uso de los adjetivos que en esa versión se comentan lo condenaría sin dudarlo ni un instante. Pero no puedo obviar que, por encima de todo, en el colectivo de víctimas del terrorismo existimos un gran número que no nos sentimos representados por nadie y que preferimos seguir nuestra vida y nuestra labor por libre. Veintiséis años, media vida dedicada a este tema me dan la oportunidad de hablar con conocimiento de causa. Así pues, me consta que a muchas víctimas (y me incluyo) a las que nadie nos marca el pensamiento a seguir, lo que ha dicho el SEÑOR Herzog no nos ataca en absoluto, entre otras razones porque en lo relacionado a la situación en el País Vasco pensamos lo mismo.

Roberto Manrique es víctima de ETA y fue presidente de la AVT en Cataluña y de la Asociación de Víctimas Catalanas de Organizaciones Terroristas