El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha presentado este martes el Libro Blanco del Ministerio Fiscal junfto al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. El fiscal ha explicando que en el volumen se plantea una mayor autonomía de su Fiscalía para reforzar su imparcialidad ya que los ciudadanos ven inadmisible que esté teledirigida desde el Gobierno, ideologizada o al servicio de concepciones políticas.

¿Separación Iglesia-Estado?
La retórica sobre la independencia de la Fiscalía se produjo apenas unas horas después de que Torres -Dulces hubiera acudido a la Almudena para actuar de pregonero de la Semana Santa para el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. El pregón llegó así en plena resaca de las alarmas que produjo la homilía de Rouco en los funerales por Adolfo Suárez, que llevaron a formaciones como el PSOE o el BNG a insistir en la necesidad de reforzar la separación entre Estado y religión.

Torres Dulces pronunció este lunes el pregón de la Semana Santa de Madrid 2014 en la Catedral de la Almudena, recogiendo el relevo de Manuel Pizarro, que ejerció ese papel el año anterior. Reivindicó la Semana Santa diciendo que "todos estaban, todos estábamos y todos seguimos estando en Jerusalén aquellas semanas", defendió la presencia de Cristo en su vida y abogó por la caridad en un pregón recogido íntegramente por la web de la Archidiócesis de Madrid. En cuanto al juicio al que fue sometido Jesús el Viernes Santo, dijo que no podemos "interponer la fría distancia de dos mil años para evadirnos de nuestra responsabilidades de no reconocer a Jesús". "Somos discípulos entusiastas del Señor, pero el mundo del día a día nos ha desalentado y no parecen creer en su resurrección", aseguró también.

Fe presente en su "trayectoria profesional"
Rouco agradeció a Torres Dulce sus palabras: "Eduardo nos ha traído con belleza literaria y belleza visual y plástica del lenguaje cinematográfico toda la viveza de lo que pasó en esa semana a través de la lectura de los evangelios". Y el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, subrayó sobre Torres Dulce que "en su trayectoria profesional la fe católica no ha sido ni es un elemento secundario". "Don Eduardo es un laico consciente de que la fe tiene capacidad para conducir este mundo en la meta que Dios le ha dado, que es Cristo", aseguró el obispo Franco.