El concurso de a ver quién en la patronal dice la mayor ocurrencia contra las trabajadores sigue abierto y un nuevo postulante ha entrado en escena. Se llama José Ángel Crego, presidente del Círculo Empresarial Leonés, quien este viernes subió todas las apuestas sugiriendo que sean los trabajadores despedidos los que paguen una indemnización al empresario de “45 días por cada año que la empresa le ha estado pagando un sueldo y le ha dado trabajo”.

"El drama humano es duro, pero la realidad manda y es mucho más dura que los dramas”, - aseguró Crego, durante una tertulia en La 8 de la Televisión de Castilla y León, recogida por InfoLibre – “Hay que tomar medidas. ¿Cuáles? Todas. Puede sonar muy liberal, pero es así”.

Siete vicepresidencias liberales
A pesar de que Crego presumió de ser liberal, no dudó en contar la anécdota  de que “yo cuando dije en el Círculo Empresarial que creábamos siete vicepresidencias, ya me querían cesar, porque toda la vida había habido dos (…) Hay que preguntar si están dispuestos a asumir ese grado de responsabilidad. ¿Sí? Pues toma, hala, pum, pum, pum…”, explicó mientras hacía el gesto de repartir puestos.

“Yo te pregunto, ¿por qué?”
Pero la mayor polémica vino con su idea de que sean los trabajadores  quienes paguen al empresario una indemnización al dejar la empresa. “Cuando un trabajador se va, para nuestra lógica, tiene derecho a una indemnización y demás. Y yo te pregunto que por qué”.

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“¿Por qué no es al revés?”
Nadie tuvo la ocurrencia de recordarle que estaba mintiendo, porque un trabajador cobra indemnización si es despedido, no si se va. Pero él siguió: “¿Por qué una empresa de haber dado trabajo durante diez años a una persona, además tiene que pagar? ¿Por qué no es al revés?”.

Derecho adquirido
Tampoco nadie vio venir semejante disparate y sus contertulios se perdieron en si era la ley o un “derecho adquirido”. Dejando de lado aspectos básicos de la economía como que es el trabajador el que genera plusvalías para el empresario con su fuerza de trabajo, o la comparación del contrato de trabajo como un regalo que “se da”.

Esfuerzo de imaginación
“Hay que hacer un esfuerzo de imaginación y de repensarlo todo. No podemos dar por hechos los axiomas de toda la vida por válidos”, añadió.