En una de las áreas geográficas con mayor desarrollo económico del mundo, no es oro todo lo que reluce. Mientras una selecta casta de profesionales ultra-cualificados acumula cada vez más ingresos, el resto de los habitantes sufre las consecuencias.
Más indigentes, más jóvenes incapaces de acceder a una vivienda, los precios por las nubes, más delincuencia… Tras el aura de éxito y riqueza que envuelve a Silicon Valley, se esconde una realidad mucho menos envidiable.
No es nuevo, mucho se ha hablado ya de las quejas de los habitantes de San Francisco y alrededores sobre los incrementos en los precios de las viviendas en el área, la inflación y, en general, la pérdida de calidad de vida de los naturales de la zona. Ahora, la Silicon Valley Community Foundation ha publicado la edición correspondiente a 2014 del Silicon Valley Index, en el que se recogen los principales datos socioeconómicos de la región. ¿Adivinan cuáles son sus conclusiones?
Precio de la vivienda, disparado
Los propios responsables del estudio lo ponen de manifiesto en la carta de presentación. Según ellos, existen dos motivos por los que sentirse incómodos. En primer lugar, la falta de progresos en el área de las infraestructuras. A pesar de los recientes esfuerzos en los frentes de vivienda y transportes, nuestras infraestructuras no mantienen el ritmo exigido por la demanda. Como consecuencia, el precio de las casas sigue disparado y menos de la mitad de quienes quieren adquirir un piso por primera vez pueden pagar el coste medio de un inmueble.
La segunda razón para no estar tranquilos es la falta de equidad en el reparto de la riqueza. Los crecimientos en ingresos se limitan a los profesionales ultra-cualificados. Las rentas medias para aquellos con capacitaciones medias y bajas siguen estancadas. Las disparidades por raza son más persistentes que nunca. También vemos un importante incremento de la indigencia.
Las cifras de la región son espectaculares. Para muestra, dos botones: los ingresos medios anuales per capita son de 70.243 dólares, frente a los 44.276 del total de Estados Unidos; y se crearon 46.665 empleos -.
Con estos datos, son muchos los que defienden la bondad del modelo. Aunque, los responsables de la Silicon Valley Community Foundation señalan que no pueden ser utilizados como medida de la salud de nuestra región cuando están limitados a un número de sectores limitados. La verdadera medición es el incremento paulatino en los ingresos reales y la mejora de la calidad de vida de todos nuestros residentes.
Brecha económica
El estudio señala la necesidad de afrontar los verdaderos retos de la región. La brecha entre ricos y pobres se acentúa. El grupo étnico con menores ingresos gana un 70% menos que el grupo de mayor renta. Una diferencia que aplica también a los sexos: los hombres con una licenciatura o título superior ganan entre un 40 y un 73 por ciento más que las mujeres con su mismo nivel educativo.
Creación de empleo
El empleo en la zona está ya por encima de las cifras pre-recesión. Desde 2007, se han incrementado en un 3,4% el número de trabajos, mientras que en el resto de Estados Unidos han descendido un 2,2%. La tasa de desempleo, que era del 7,5% en enero, finalizó el año en el 5,8%, un 1,5% por debajo de la del total del país. No obstante, el paro entre los afroamericanos en el área continúa por encima del 10%.
Financiación
Eso sí, Silicon Valley parece continuar siendo el mejor lugar para encontrar financiación. Del total de dinero invertido en Estados Unidos el año pasado, un 39% fue a parar a proyectos en la región, lo que supuso un incremento del 2% con respecto a 2012.
Menos “gordos”
Los habitantes del valle también sufren menos de sobrepeso y obesidad que el resto de los estadounidenses. La tasa se situó en el 53,3%, frente al 59,8% del resto de sus paisanos californianos.
No es oro, pues, todo lo que reluce. Como señalan los autores del estudio, es necesario afrontar y solucionar, de una vez por todas, los grandes retos que el crecimiento económico de la región está planteando.
