El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, se ha apoyado en la mayoría que consiguió el PP en las urnas para justificar que seguirá adelante con la reforma del aborto, y que no habrá "ningún insulto, gesto o descalificación" que le haga abdicar de su compromiso de cumplir el programa electoral del PP. Este sábado, en Madrid se ha celebrado una multitudinaria manifestación en contra del plan del   Gobierno, en la que han participado personas llegadas de diferentes puntos de España.

La acción del Gobierno la marca el voto
En la convención que celebra el PP en Valladolid, Gallardón ha expresado  su "máximo respeto" por la manifestación, pero ha recalcado que la acción del Gobierno del PP la marca "el voto en la urna" que el partido cosechó en las últimas elecciones generales, donde, según ha dicho, los ciudadanos manifestaron su "opinión mayoritaria". En este sentido, el titular de Justicia ha recordado que en democracia "lo que marca la acción de Gobierno es el voto en la urna", y "ese voto en la urna es el que nos marcó a nosotros el trabajo que estamos haciendo".

Seguirá adelante con su reforma
No habrá "ningún insulto, gesto o descalificación", ha dicho Gallardón que le haga abdicar de su compromiso de cumplir el programa electoral del PP y regular y garantizar lo que el considera el derecho de la mujer y también el del concebido y no nacido, informa Europa Press.

Tilda de pseudoprogresistas a los que defienden el aborto
"Estamos estudiando, hablando con insistencia, lo vamos a hacer nosotros y entre nosotros acordándolo como siempre hemos hecho las cosas", ha aseverado el ministro, quien ha rechazado etiquetas por parte de "pseudos progresistas". "¿Quiénes son ellos para etiquetar?", se ha preguntado el ministro, consciente de que serán los ciudadanos los que tendrán que juzgar las actuaciones del Gobierno.

Proteger al no nacido
Ruiz Gallardón ha aprovechado su presencia en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid para recordar una de las afirmaciones del escritor y periodista vallisoletano cuando explicó que lo más progresista era siempre defender al más débil, una corriente que se rompió, a su juicio, cuando se dejó de proteger al no nacido. "No es un tema de moral ni de conveniencia electoral", ha concluido para explicar que se trata de la defensa de los derechos fundamentales por encima de conveniencias y de intereses particulares.