El manto protector de la legalidad franquista llega así hasta nuestros días, blindando a posibles genocidas contra la aplicación de la Justicia Universal según nuestra Judicatura, famosa ya por su animadversión a entender siquiera de los miles de casos de delitos contra la Humanidad que aún se siguen cometiendo en un país plagado de fosas comunes por cunetas y barrancos de toda su geografía.
Recuerdo aún cómo otros fiscales luchaban con uñas y dientes para que Garzón no consiguiese traer a España al genocida Pinochet, la tibieza de aquellos Gobiernos que le permitieron reírse de todo el mundo cuando llegó a su Chile querido, arrojando desafiante nada más bajar del avión la silla de ruedas y la muleta que utilizó para dar una imagen lastimosa de sí mismo mientras duró el proceso.
Dice la Fiscalía que se le entreguen los papeles para “juzgar aquí” los hechos... el día que consigan esos papeles será para todo lo contrario; como denunciantes nos oponemos a ello por la seguridad que tenemos de que en cuanto el Sumario, todo o parte, salga de la Jurisdicción Universal será para vaciarlo de contenido y proteger as los criminales contra esa Justicia.
¿Cómo vamos a estar de acuerdo y respetar a quien no se respeta sí mismo ni a su país? Hay quien dice que “La Ley está hecha para el pillo y el sinvergüenza” y la verdad es que tras la política de indultos, las discriminaciones escandalosas conocidas y que conoceremos dentro de poco, los fallos incomprensibles existiendo una legalidad internacional, cada vez creo que tienen más razón.
La “Marca España” hoy no vende mas que mala imagen: un país sin derechos, donde su propio Gobierno ataca los avances sociales acumulados en 35 años de Democracia, donde la juventud tiene que marcharse para encontrar un futuro incierto, que protege genocidas y criminales contra la Humanidad para que no caigan en manos de la Justicia Universal, que sigue entorpeciendo el esclarecimiento de decenas de miles de desapariciones forzadas, a donde tiene que venir la ONU al mismo tiempo que en Libia e Irak a investigar lo que se niega a hacer su Gobierno... esta España ya no es la del prestigio internacional de los 80 y 90. Y esto no tiene que ver con ninguna crisis; es el retrato de una derecha que lo impregna todo con su pensamiento reaccionario, la única de Europa que nunca se desnazificó y que levanta ya la cabeza orgullosa de ser como es.
Vamos a seguir presentando más denuncias ante la Justicia Universal, cada vez más convencidos por comportamientos como este de que es el único camino. La jueza Servini tiene ya otros nombres de torturadores que siguen vivos y cobrando las pensiones que gente honrada y pacífica, sin tanta protección, seguramente no tendrá.
Matías Alonso Blasco es coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica
