El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (d), durante el pleno que se celebra esta mañana en el Congreso de los Diputados en el que el jefe del Ejecutivo ha informado sobre las conclusiones de la última cumbre europea. EFE El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conversa en el Congreso con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro / EFE -Archivo



Los escándalos en Hacienda, desde la dimisión forzada de la técnica del caso Cemex, el control político en los nombramientos de los peritos judiciales en las causas por delitos fiscales y blanqueo con la intención de controlar este tipo de procesos o los manejos sobre la situación fiscal de la infanta Cristina están dejando a Cristóbal Montoro en una situación más que delicada. Este jueves, El Mundo en su editorial apunta a “manejos políticos” en la actuación del ministro, al que exige que “dé la cara”.

El ministro que ha alardeado de tenernos a todos en un puño
“El ministro, que tanto ha alardeado de conocer las declaraciones de Hacienda de los demás, dejando entrever su control político sobre el organismo –en febrero lanzó en el Senado una acusación contra ‘nuestros famosos actores’ y después animó a los diputados a pagar ‘todos’, recalcó, ‘fielmente los impuestos’– tiene que explicar ahora qué está sucediendo en la Agencia Tributaria y cómo pretende restaurar su maltrecha imagen”, afirma el periódico de Pedro J. Ramírez en su editorial, en una nueva embestida contra el Ejecutivo de Rajoy, al que dio de plazo hasta diciembre para cambiar el rumbo con la advertencia de que en caso contrario empezaría a pedir la dimisión del presidente del Gobierno.

Interferencias en la labor de los técnicos
El diario señala como causa de la dimisión del director de Inspección Financiera, Luis Jones “ las interferencias en la labor de los técnicos y la política de ceses y nombramientos”, en referencia a la dimisión fulminante de la técnico que no quiso pasar por el aro en el expediente a Cemex, que debía pagar una multa de 450 millones de euros, y de su jefe, Ignacio Ucelay, jefe de Dependencia de Inspección de la Delegación Central de Grandes Contribuyentes, que dimitió en apoyo a su subordinada.

Los funcionarios, en pie de guerra
El Mundo señala que los cambios de personal han llevado a Hacienda a “vivir en un permanente sobresalto y han puesto en pie de guerra a los funcionarios” y subraya que hace dos semanas, la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda reclamó que los cargos técnicos sean ocupados por profesionales que hayan ganado la plaza por concurso, "para evitar de esta forma designaciones partidistas”, y que esta misma semana el sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha, ha acusado a la Agencia Tributaria de “desobedecer” las instrucciones del juez Castro, que instruye el caso Nóos, con el objetivo de salvar a la Infanta Cristina de un delito fiscal”.

EL aluvión  de dimisiones
El editorial recuerda que en poco tiempo han abandonado sus cargos la directora, Beatriz Viana, “como consecuencia de la extraña y nunca bien aclarada atribución a Doña Cristina de una docena de operaciones inmobiliarias”, y, a continuación, el jefe de Control Tributario de la Delegación de Grandes Contribuyentes y su adjunta “quienes se marchaban tras pedir una sanción a la cementera Cemex por la simulación de pérdidas para disminuir el pago de tributos”. Una multa a la que era contrario el Gobierno. Según el PSOE, el total de ceses asciende a 300 en dos años.

Un deterioro que se inició con la amnistía fiscal a Bárcenas
El Mundo habla de “deterioro de la imagen de la Agencia Tributaria”, que “comenzó con el escándalo de la presunta amnistía fiscal a Bárcenas –una operación con la que el ex tesorero del PP dijo haber regularizado diez millones de cuentas suizas, extremo que después desmintió Hacienda, sin que aún se haya pronunciado la Justicia– y no ha parado hasta hoy”.