En agosto de 2009 el Tribunal Superior de Justicia de Valencia archivó la causa contra Camps. La vicepresidenta y portavoz del Gobierno en aquel momento, María Teresa Fernández de la Vega, que se encontraba de viaje en Latinoamérica, anunció que la Fiscalía General del Estado "en los próximos días interpondrá recurso". La reacción de la dirección popular fue inmediata y en tromba.

La Fiscalía perseguía al PP, no a ETA
Dirigentes valencianos, como el ahora imputado Rafael Blasco, habló de 'valencianofobia' y el ahora investigado Serafín Castellano, 'jefe' del PP valenciano, no dudó en acusar de "manipulación y utilización partidista" de la Fiscalía. En Madrid, el entonces todo poderoso Federico Trillo, gran especialista en el escapismo del PP para salir de los líos legales, acusó de que "al Gobierno se le había caído la careta" y se demostraba que "al plegarse a los intereses del Gobierno, la Fiscalía se convierte en instrumento del Gobierno y no del Estado". Pero quien realmente encabezó la reacción del PP fue la ahora señalada por Luis Bárcenas, María Dolores de Cospedal.

Cospedal junto a Rajoy en la reunión de la dirección 'popular', y antes de convocar a la Fiscalía para que le ayude contra Ruz. Foto EFE



La secretaria general 'popular' desató todas las iras de su lengua: la democracia estaba "en serio peligro" con el Gobierno Zapatero; las palabras de la vicepresidenta eran "una vergüenza" y, por fin, la actuación de De la Vega era "una vergüenza" porque con su comentario ponía de relieve "la primera vez en la historia que un Gobierno utiliza la Fiscalía General del Estado, no para darle instrucciones para perseguir a ETA, sino para perseguir a la oposición". La afirmación resultaba especialmente brutal, porque sólo días antes ETA había asesinado a dos guardias civiles. Cospedal resumió su intervención pidiendo la comparecencia de la vicepresidenta en Cortes y su dimisión.

La investigación de Ruz ya ha demostrado que casi 60 de las 'anotaciones' de Bárcenas son ciertas
Curiosamente, este lunes, en su comparecencia ante la prensa después de celebrarse una reunión de la dirección del PP, la misma Cospedal que dijo aquellas cosas, y pidió la dimisión de Fernández de la Vega por 'utilizar' a la Fiscalía, ha venido a..., pedir que el ministerio fiscal actúe, pero esta vez en su conveniencia. Y lo ha hecho para que le sirva de 'ayuda' frente a un juez.

Como es sabido, el pasado viernes el juez Pablo Ruz hizo público un auto en el que venía a decir que quedaba demostrada "la existencia por parte del Partido Popular de una cierta corriente financiera de cobros y pagos continua en el tiempo al margen de la contabilidad remitida al Tribunal de Cuentas". Es decir, que había una contabilidad B. Mala cosa para el PP, que Cospedal negó asegurando que en su partido no hay tal, y que los papeles de Bárcenas, al contrario de lo que va viendo el juez y mostrando en sus autos, no son ciertos sino falsos. Porque ese es el problema que tiene Cospedal, y el problema que tiene el PP, que el juez Ruz ya ha comprobado que unos 60 apuntes de los papeles de Bárcenas está demostrado que son ciertos, y que es esa evidencia la que le ha llevado a redactar el auto del pasado viernes.

Cospedal quiere que la Fiscalía demuestre que Ruz se equivoca
¿Pero qué puede hacer el PP para torcer la investigación del magistrado y desacreditar el contenido de su auto? Imponer una tercera opinión. Así es como la secretaria general del PP, y presidenta de Castilla-La Mancha, la misma que pidió la dimisión de Teresa Fernández de la Vega en 2009, no dudó en pedir que la fiscalía intervenga, que revise la contabilidad del partido. O lo que es lo mismo, que no se dé por buena la conclusión del juez de que el PP manejaba una contabilidad B, que la Fiscalía desacredite sus pesquisas.

¿Quién es María Dolores de Cospedal para dar órdenes a la Fiscalía? Parece que nadie. En consecuencia con sus palabras de 2009, ¿va a solicitarse Cospedal a sí misma la comparecencia en el Senado y su dimisión?...