Representantes de los trabajadores del servicio de limpieza de la calles de Madrid, explican ante los medios de comunicación el acuerdo alcanzado con las empresas concesionarias tras la reunión que han mantenido para desbloquear la situación de conflicto. EFE



Las tres empresas concesionarias de la limpieza de Madrid y los sindicatos han alcanzado finalmente un principio de acuerdo que supone la retirada de los ERE que incluían el despido de 1.134 trabajadores. Casi a las dos de la madrugada, muchas horas después de vencido el ultimátum hecho por Ana Botella para presionar a los huelguistas, a las 17:00 horas. La resolución del conflicto ha llegado a buen puerto para los trabajadores y, también, para la capital, que durante 11 días ha acumulado su basura convirtiéndose en la comidilla de la prensa internacional. Otra vez, la actuación de la alcaldesa ha quedado en entredicho.

No habrá despido, pero sí congelación salarial
En un primer momento, en la noche, las empresas concesionarias ofrecieron rebajar los despidos de 1.134 a 296, pero la medida fue rechazada por los sindicatos, que dejaron claro que no aceptarían ni un despido más. Al final, los sindicalistas consiguieron un preacuerdo para mantener las plantillas, aunque tendrán que asumir los 350 despidos ya producidos antes de esta movilización, además de aceptar una congelación salarial hasta 2017. Las concesionarias se comprometen a pagar a los trabajadores los complementos productivos que quedaron atrasados del convenio anterior.

El operativo de Tragsa comenzó pasadas las cuatro
Pasadas las cuatro de la madrugada, ya conseguido el acuerdo, entre las concesionarias y los sindicatos de desbloquear la huelga, se ha iniciado el operativo que ha ordenado el Ayuntamiento a la empresa pública Tragsa. El servicio complementario se mantendrá hasta que se desconvoque de manera definitiva la huelga.

La actuación de la alcaldesa fue nula
El acuerdo se ha conseguido al margen de la actuación de la alcaldesa, Ana Botella, que el pasado miércoles pretendió presionar a las empresas y a los sindicatos de limpieza y jardinería para que alcanzasen un acuerdo que acabara con el conflicto que durante ya 11 días, mantenía las calles de la capital inundadas de basura. Pero su bravuconería no ha servido, salvo para generar más tensión entre las partes afectadas. Desde la oposición han pedido a la alcaldesa, sin éxito, su acción mediadora. Botella se dedicó sólo a atacar a los sindicatos, a los que acusó de realizar actos vandálicos y de ensuciar las calles.

Otro "desastre" de gestión
La número dos del PSOE, Elena Valenciano, le lanzaba la pregunta que se hacían millones de madrileños: “¿Para qué es usted alcaldesa y le reprochaba que no cumpliera con su responsabilidad como “responsable política del espacio público" de Madrid, como "tampoco" la cumplió con el "desastre del Madrid-Arena".

"Es usted responsable ante los ciudadanos de la gestión de la convivencia, de la seguridad y de la salubridad de los vecinos de Madrid", afirmó Valenciano, antes de recordarle que los madrileños "pagan impuestos al Ayuntamiento y no a las empresas de limpieza".