En Nueva York (Febrero de 2010) mientras los filetes Mignon los trinchaban los adalides de los mayores fondos de alto riesgo junto al Central Park, hablaban de picar y banderillear al euro, apuntillando la deuda de los países del sur de Europa. George Soros, el seguidor con pasta del filósofo Karl Popper, seguro llevó el análisis y el compromiso, siempre difícil entre buitres, aunque lo que no se pudo averiguar entre tanto codiciosos es quién firmó la factura de la cena.

Quizás no hubiera hecho falta este encuentro con tanta tecnología que disponen, pero los buitres deben mirarse los picos y las garras antes de devorar la presa. La captura renqueaba, vivía sus cuitas, todo el Mediterráneo europeo, de los 400 millones de europeos, los del sur y los que pillaran por medio. Vidas, expectativas, mucho voto, mucho poder repartido y asumido, y menos de media docena de individuos tan nefastos como crueles, han atrapado el timón de nuestra tragedia colectiva en la Park Avenue.

Acaba de terminar la conferencia del PSOE, todos hemos leído sobre la ilusionante irrupción de Susana Díaz, del interés por el casting de las primarias, de los papeles cuidadamente discretos de los futuros aspirantes. Pero la cuestión a pesar de las interferencias era redactar la hoja de ruta de los socialistas en un mundo globalizado, interdependiente, extremadamente cambiante, acreedor de China, fulgurantemente comunicado, en España, en una Europa practicando submarinismo mientras emergen un gran conglomerado de países en el mundo con nuevos vigores productivos.

Iniciamos la batalla por la democracia en España en una lucha para conseguir “parcelas de libertad” en palabra de Felipe González; el objetivo era tan fácil como tan difícil conseguirlo; hoy, con muchas horas de discusión y conocimiento libre durante casi cuarenta años, con años de gobierno, en la oposición, ha habido que discutir durante más de un año, para redactar más de 1000 páginas de manual de funciones de lo que los socialistas españoles deben rumiar y proponer a los ciudadanos para un diálogo del progreso.

Para los moralistas carpetovetónicos de izquierdas o derechas, la letra impresa y el bit ha tomado cuerpo, y tratan de descuartizar las cuartillas del mamotreto socialista sin leerlas, pero con la autoridad que da el improperio y la descalificación contumaz. Lo que se sabe en el devenir humano es que ganar la batalla del convencimiento por la democracia, la libertad y la igualdad, cuesta muchísimo más de arraigar y aprender que cambiar de compañía de móvil.

He empezado por la cena de Soros y compañías, porque el objetivo de los demócratas y fundamental de los socialistas, es que el sistema no puede permitir que sus decisiones valgan más que los sufragios de los ciudadanos concernidos por sus jugarretas económicas. Algo así como que España no se gobierna en profundidad sin Europa. Que la globalización debe tener objetivos productivos, pero fundamentalmente de cohesión

Podemos hacer más literatura pero ya hemos encontrado brújulas para salir esta noche cerrada, ahora viene bien el consejo que el papa Francisco daba a sus huestes católicas, ya tenemos demasiadas hojas de ruta, ahora hay que tomar la ruta sin descanso.

* Curro Flores es Técnico de Cultura de Málaga