El pasado martes contábamos en este periódico el escándalo que había montado La Razón porque Gaspar Llamazares desayunaba "bollería fina" algunos domingos "cerca de su domicilio”, en lugar de ir “con la tartera a extrarradios”. Y ya en el colmo, decía el anónimo empleado de Francisco Marhuenda, no sólo pedía croissants, sino que un día “se pasó de pijo” y lo pidió “más tostado” y “con mantequilla de la buena”.

Como contábamos, 'la fuente' del escribiente le había engañado, y no se trataba de Llamazares, que desmentía consumir "bollería fina", porque como médico que es no la recomienda. Pero eso daba igual, lo importante es el clasismo casposo que el comentario mostraba. Muy en la línea de aquel periódico catalán que a finales del siglo XIX al informar de un accidente de tren en la estación de Tárrega, cerca de Lérida, tranquilizó a los lectores desvelándoles que "afortunadamente la mayor parte de las víctimas viajaba en los vagones de tercera".

Segunda ración de caspa en sólo dos días
Aún no han pasado dos días, y la misma caspa produce una segunda 'edición' de su clasismo repulsivo.

Elena Valenciano ha salido ya de la UCI a planta, pero continuará unos días más hospitalizada. Foto EFE/Archivo



El pasado domingo, mientras estaba sola en su residencia, en Altea, Elena Valenciano, que tiene problemas de asma, empeoró en un proceso de neumonía que padecía, hasta el punto de tener que llamar a sus familiares más cercanos. Con la dirigente socialista en una situación crítica de ahogo, estos familiares deciden llevarle a la clínica más cercana, que se encuentra en Benidorm.

Es una clínica privada, pero que está concertada con Sanitas, aseguradora a la que pertenece desde hace décadas. La situación en la que llega Valenciano es tan preocupante, que los médicos la ingresan en la UCI, donde está hasta el pasado miércoles por la mañana, cuando la trasladan a planta, donde sigue ingresada muy posiblemente hasta este fin de semana.

"Un conocido centro al margen de la red pública"
Valenciano en su momento, comentó que "a mi partido" le hubiera gustado que el Rey se operarse de la cadera en un centro público "porque así se defiende también la sanidad pública", y añadió que en su opinión "la decisión final corresponde al rey y a su equipo médico". Aún así, en 'la derechona mediática' se la apuntaron y ahora han visto la ocasión de 'devolvérsela'.

El más monárquico de los monárquicos diarios, no ha sido el único, ni mucho menos, pero vale como ejemplo. Su titular, "Elena Valenciano ingresa en una clínica privada de Benidorm por una neumonía", subraya lo que realmente consideran importante, que una socialista ingrese en una clínica privada. Y por si a alguien no le había quedado claro, lo rematan en el subtítulo: "La «número dos» del PSOE, que reside en Altea, va a tratarse a un conocido centro al margen de la red pública".

Ese Llamazares, supuestamente comiendo 'bollería fina', esa Valenciano 'ingresando' en la UCI de una clínica privada mientras se ahoga, no son conscientes de que si te declaras de izquierda tienes que saber que tu vagón es el de tercera, ese en el que viaja la gente que cuando muere en accidente se puede añadir "afortunadamente".