La limpieza en la ciudad de Madrid o la ausencia de ella ha estado muy presente la rueda de prensa que ha ofrecido Ana Botella tras la Junta de Gobierno del Ayuntamiento. Por un lado sobrevolaba una inminente huelga de recogida de basuras y de jardineros. Y por otro escocía un nuevo artículo de El País sobre la degradación de la ciudad -hace una semana ya levantó ampollas en el equipo de Botella con uno sobre suciedad- en el que se explicaba que según un informe de la UE sobre 83 ciudades del continente, la calidad de vida en la capital española ha empeorado en los últimos tres años.

Las justificaciones de la alcaldesa
La alcaldesa admitió que la ciudad "puede estar mejor" pero aseguró los madrileños "se han acostumbrado a un nivel muy alto de limpieza en sus calles", justificándolo en que "la gente que viene de fuera la percibe como una ciudad muy limpia".

Botella también apeló a su propio juicio personal: "Yo la veo limpia y, aparte de verla limpia, soy activa". Se refería a que "si veo algo que no está bien, aviso al delegado correspondiente".

Se lava las manos con la huelga
La alcaldesa parece que está mentalizando así a los madrileños para la huelga indefinida de basura que comenzará en dos semanas, el próximo 28 de octubre, convocada por UGT y CGT. Para Botella se trata de una cuestión entre la patronal de la limpieza y los sindicatos en el que el Ayuntamiento únicamente intervendrá a la hora de aprobar los servicios mínimos y comprobar su cumplimiento.

Los madrileños pueden ver así como su alcaldesa se inhibe en un conflicto relacionado con la recogida de basuras cuando se les está cobrando una tasa de reciente creación por ese servicion específico.