El juez José Castro, que instruye el caso Urdangarin, sigue investigando el papel de la infanta Cristina en la gestión de la empresa Aizoon, cuya propiedad comparte el matrimonio en partes iguales y a la que supuestamente se desviaron fondos públicos conseguidos por el Instituto Nóos en sus contratos con la Administración. Según adelanta hoy El Mundo, el dinero para pagar la comunión de los hijos mayores de los duques de Palma, Juan y Pablo, salió de Aizoon.

Fondos de Aizoon pagaron gastos del palacete de los duques
El secretario de la Infanta, Carlos García Revenga, fue quien contrató el convite por orden de la infanta, según atestigua la Unidad de Delincuencia Económica (Udef), que investiga, además, si la hija del Rey blanqueó dinero público en las obras y en el mantenimiento de la residencia que posee el matrimonio en el exclusivo barrio barcelonés de Pedralbes. De acuerdo con el sumario del caso, fondos salidos de Aizoon, sospechosos de provenir de recursos públicos, pagaron la compra de vajilla, cuadros “escogidos personalmente por la infanta”, una bodega, climatizadores y otros elementos de la vivienda de los duques, además de un Mercedes de 65.000 euros, según apunta El Mundo.

El convite por la comunión
La Udef ha requisado, además, una factura de 1.100 euros con el concepto “Montaje carpa comunión” a nombre de la sociedad Charly Delta, especializada en el montaje de “tarimas, carpas, lonas y demás elementos para celebraciones”.

La documentación intervenida da cuenta de los productos servidos en el acontecimiento familiar cargado a la empresa Aizoon: “un cóctel para 50 adultos” compuesto de “bocados fríos” y “bocados calientes”, con “jamón ibérico en virutas”, “tosta holandesa de salmón”, “miniemparedados de roast-beef con ensalada”, “tomate cherry con mozzarella”, “langostinos en tempura”, “coca de verduras”, “cazuelitas parmentier y salmón” y “croquetas”, entre otros comestibles y bebidas. El coste medio por persona ascendió a 53 euros.