El actor Arturo Fernández se enfundó nuevamente su traje de embajador del Gobierno de Rajoy en el programa de María Teresa Campos en Telecinco, ¡Qué tiempo más feliz!, el fin de semana pasado. Allí, ante una presentadora incómoda por el mitin político, el actor reivindicó anteriores declaraciones en las que cargó contra los sindicatos, Zapatero y la izquierda,  y defendió a rajatabla la gestión del Ejecutivo.

La pobreza se pega, y otras lindezas
Arturo Fernández reivindicó  declaraciones anteriores, en Cuatro y EFE, en las que escandalizó al afirmar que no hace de mendigo porque la pobreza se pega, que en España sólo debieran existir los dos partidos mayoritarios, que los sindicatos protestan porque “este Gobierno les quitó las subvenciones” y que no se puede votar a Izquierda Unida “porque son comunistas”.

"La izquierdona también existe"
En la entrevista con María Teresa Campos en ¡Qué tiempo más feliz, Arturo Fernández aseguró que no se arrepentía “de nada de lo que he dicho” y cargó contra “la izquierdona” porque, según precisó, “existe la derechona”, pero “la izquierdona, también”.

Los sindicatos y las subvenciones
Sobre los sindicados, insistió en que tienen “abandonados a los trabajadores” y que viven de “subvenciones”. Él, en cambio, según puntualizó no vive “de ninguna subvención. Por eso puedo hablar con libertad”.



La izquierda no tolera la mayoría del PP
El actor volvió a defender que deberían existir sólo dos partidos políticos, ya que “las minorías políticas sirven como bisagra de los demás. A mí me gustaría que ganara el partido más votado”. Al respecto, Arturo Fernández subrayó que “ha ganado el PP y la izquierda no lo tolera”.

Contra los antidesahucios, que no prostestaban cuando Zapatero
A continuación, el actor cargó contra los que protestan ahora por los desahucios y no lo hacían, según afirmó, con el PSOE. “Hubo 10.000 desahucios, 10.000 personas que se fueron a la calle ¿Dónde estaban esos que salen ahora? ¿De veraneo? A mí que alguien me explique esto”, repitió Arturo Fernández, que acusó a Zapatero de la crisis, ante una María Teresa Campos notablemente incómoda por el mitin político del actor.

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