Desde que Rajoy se viera obligado a pedir el rescate bancario a Bruselas tras la quiebra de Bankia, el sistema financiero español está en permanente supervisión y periódicamente miembros de la Troika (de la comisión integrada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, y la Unión Europea) visitan España para vigilar que las entidades y el Gobierno cumplen sus deberes.  La "línea de crédito", según la definió Rajoy negándose a emplear la palabra rescate, implicó la firma de un Memorandum de Entendimiento (MOU) en el que se especifican las condiciones que deben cumplir España para acceder a los 100.000 millones de euros puestos a disposición de España para tapar los agujeros de los bancos. El Gobierno asegura que sólo necesitará  61.000 millones de euros, de los que se han utilizado 43.000 millones, la mitad -23.000 millones- han ido exclusivamente a Bankia.

Rajoy no quiere prórroga para las europeas
Los cien mil millones de euros puestos a disposición de España expiran el 31 de diciembre. Si España necesita más dinero habrá que prorrogar el rescate y, por tanto, la intervención de la economía española. Obviamente el Gobierno quiere quitarse el yugo de encima, porque ahora solo puede obedecer las normas impuestas. Es la estrategia lógica y lo que perseguiría cualquier gobierno, pero además el próximo año 2014, inaugura el ciclo electoral en España con las europeas y Rajoy quiere ir a la campaña con un único mensaje: España ha cumplido, ha abandonado la recesión y la prueba es que ya no estamos rescatados. El problema es que la Troika tiene muchas dudas.

Europa no se fía de los números de Rajoy
No solo la Unión Europea, sino también el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la poderosa Ángela Merkel. No se fían de lo que dice el ministro de Economía, Luis de Guindos, de que el sistema financiero está ya totalmente saneado y no necesita más dinero. Analistas e inversores no terminan de creerse que al agujero español se haya arreglado con “tan solo" 41.000 millones de euros, y no tienen claro que todos los 'activos tóxicos'  se hayan limpiado. Con seis millones de parados y una deuda pública del 92% del PIB, en Europa no ven que España esté saliendo de la crisis porque una cosa es tocar fondo y otra empezar a escalar el pozo.

El déficit, fundamental para el BCE
Bruselas ha otorgado ya dos prórrogas al Gobierno del PP para cumplir el objetivo de déficit que consiste en que este sea de un 3% en 2016. Y va a ser muy complicado obtener más prórrogas. El objetivo impuesto por Bruselas para este año es del 6,5% del Producto Interior Bruto (BCE) y a día de hoy parece imposible de cumplir porque ya se ha superado, según algunos economistas estamos ya con un déficit de entre el 7 y el 8,5% del PIB, imposible de reducir en lo que queda de año. La pasada semana el Banco Central Europeo abroncó a Bruselas por ser demasiado permisiva con el Gobierno español que, a su entender, se ha relajado en la aplicación de reformas. Para el BCE será fundamental comprobar si España cumple con el objetivo de déficit, si no cumple el BCE cree que debe prorrogarse el rescate a la banca, lo que complicaría -y mucho- las cosas a Rajoy y al PP.