"Me equivoqué. Lo lamento pero fue así, por poner en alguien que ahora sabemos que no la merecía". Es el ridículo mea culpa que ha entonado Rajoy esta mañana en el Parlamento, donde ha echado toda la responsabilidad de la supuesta financiación ilegar a Luis Bárcenas, el extesorero del partido. Para justificar tal apoyo ha apelado a la presunción de inocencia. El presidente del Gobierno, que ha tardado casi 20 minutos en entrar al grano sobre el escándalo de corrupción que afecta a su partido y, cuando lo ha hecho, ha resultado de lo más decepcionante.

"Ese ha sido todo mi papel"
La breve expectativa creada tras la pausa del "me equivoqué" de Rajoy dio paso a los débiles argumentos de un presidente del Gobierno acorralado por los escándalos conocidos en el caso Bárcenas y que le afectan directamente. "Di crédito al señor Bárcenas. Era una persona confianza del partido. Lo digo con toda franqueza. Carecía de razones para no hacerlo. Me fié de él y le apoyé; sí, le apoyé", enfatizó Rajoy con un tono casi teatral.

El jefe del Ejecutivo cargó toda la responsabilidad en su antiguo tesorero y le reprochó su "deslealtad" con el partido que, según reconoció, "defendió su inocencia". "Ese ha sido todo mi papel en esta historia. Me equivoqué en creer a un falso inocente", pero -añadió- "eso no es un delito", ha dicho Rajoy, que en múltiples partes de su intervención se ha visto apoyado por los entusiastas aplausos del Grupo popular.

Alardea de que nadie le ha arrastrado ante el Parlamento
Al comienzo de su intervención en el Senado, donde se celebra el pleno por encontrarse el Congreso en obras,  Mariano Rajoy ha alardeado de que comparecía por voluntad propia. "Ante los que presumen de haberme traído aquí, les diré que presumen en balde. La moción no es una amenaza, es un instrumento constitucional. No me siento amenazado por nada que esté en la Constitución", aseguró, para pasar después a presumir de cifras económicas. Eso, a pesar de tener casi ¡seis millones de parados!

Ataca al PSOE por su amenaza de una moción de censura
El presidente prometió al inicio de su intervención no desviar el pleno del caso Bárcenas, pero casi inmediatamente ha dejado claro que su estrategia iba a consistir en atacar al principal partido de la oposición, principalmente por su moción de censura, que ha calificado de "pueril e irrelevante" y una "moción de censura en fraude de Constitución".

Para justificar su resistencia a dar explicaciones en el Parlamento hasta ahora, Rajoy ha recurrido al "mal causado" a "la imagen de España", "un mal irreparable" por este asunto y ha acusado al PSOE y a "todos los que aplauden y jalean las marrullerías de las fotocopias, y quienes se erigen en jueces sin esperar a la verdad" de actuar movidos por intereses políticos. "Quizá sea porque tengan miedo a no tener político para conocer" la verdad.

Reconoce los sobresueldos
El presidente del Gobierno ha afirmado que ha venido al Parlamento para "salir al paso a los malentendidos" e "insinuaciones maliciosas aunque ha reconocido que el caso Bárcenas afecta a cargos populares y a su propio partido, aunque ha negado que exista una doble contabilidad. También ha admitido que en el PP se pagaron sobresueldos, "como en todas partes", pero ha añadido que se abonaron en blanco y todo se ha declarado a la Hacienda Pública.

En lo que concierne a él, ha asegurado que siempre ha declarado todos sus ingresos  y ha recordado que  sus declaraciones de la renta de los últimos diez años son públicas. "Si todo lo que aparece en los papeles de Bárcenas es tan cierto como en lo que a mí se refiere, estamos ante una asombrosa colección de falsedades que la Justicia aclarará", ha subrayado.

"Fin de la cita"
El jefe del Ejecutivo ha reprochado a la oposición que pretenda "convertir el Parlamento en una enorme comisaría, decía un dirigente de este país", según ha apostillado, y le ha recordado a los grupos políticos que han exigido su comparecencia que "las Cortes no están para suplantar a los tribunales" y que el Congreso debe demandar responsabilidades políticas, pero  sólo "cuando los hechos resulten ciertos". Frases, todas estas, que pertenecen a otros dirigentes políticos y a las que Rajoy ha echado mano en diferentes momentos de su intervención. Al final de cada una de ellas, el presidente ha repetido, como una muletilla: "fin de la cita".