El PP ha estado financiándose “al menos los últimos 20 años de forma ilegal” a través de “donaciones en metálico de constructores y otros empresarios que a su vez obtenían adjudicaciones o contratos de las administraciones gobernadas por el partido”. La información sobre esas donaciones está recogida en las cuentas que Luis Bárcenas llevaba sobre una contabilidad paralela del partido, de la que salían los sobresueldos para los altos cargos, según la confesión del extesorero, en una entrevista con el director de
El Mundo, Pedro J. Ramírez, en la que aquel confirma todo lo que se ha ido filtrando desde enero pasado en los medios.

La información haría "caer al Gobierno"
En la entrevista, mantenida antes de que Bárcenas ingresara en la cárcel, éste envía una amenaza clara a Mariano Rajoy: tiene en su poder la “contabilidad B” del PP, documentos y discos duros que prueban la sistemática financiación irregular de las campañas del partido, que, sin dudas, harían “caer al Gobierno”.

Lo que conviene a España
Por cierto, Bárcenas dijo a Pedro J. Ramírez que “compartía su criterio” de que “en las actuales circunstancias lo último que le conviene a España es que caiga este Gobierno”.

Las anotaciones en una tarjeta de visita
Los donantes entregaban el dinero en bolsas, maletines o maletas, en el despacho del tesorero Álvaro Lapuerta en la calle Génova y en presencia de Bárcenas, en calidad de gerente. Allí ambos contaban los billetes y los metían en la caja fuerte del partido.

Lapuerta registraba las donaciones en una simple tarjeta de visita, mientras que Bárcenas lo dejaba reflejado en un cuaderno. Periódicamente, Lapuerta cotejaba sus tarjetas, que siempre llevaba encima, con las anotaciones de Bárcenas y, al hallarlas conformes, las certificaba con el correspondiente visé en el margen.

Otros fines
Una parte del dinero se ingresaba en las cuentas bancarias del partido, otra parte se destinaba a pagar en negro el sobrecoste de las campañas electorales para eludir la fiscalización del Tribunal de Cuentas y otra parte se quedaba en la caja fuerte y era utilizado para otros fines. Según Bárcenas, "el principal y más recurrente era el pago trimestral de sobresueldos en metálico al presidente, el secretario general y vicesecretarios del partido".

Las llamadas a los cargos públicos
Tras la donación por parte del empresario, había una llamada al ministro, secretario de Estado, presidente, consejero autonómico, alcalde o concejal competente en el asunto que afectaba al donante: “¿Qué tal? Soy Álvaro Lapuerta. Te va a llamar fulanito. Tengo interés en que lo recibas. No conozco el tema del que te va a hablar. Sólo te pido que seas amable y te tomes un café con él”. Eran las habituales palabras de Lapuerta en su conversación con el cargo público de turno, según Bárcenas.

La llamada desde Génova
El extesorero confiesa que el 1 de febrero, tras la publicación de las primeras informaciones sobre la presunta contabilidad B y los sobresueldos, le llamó la responsable de Comunicación del PP, Marilar de Andrés, para pedirle que negara la autoría de los denominados papeles de Bárcenas, de los que dio cuenta El País. Tras los contactos de Génova,  optó por hacer público un comunicado negando irregularidades en el PP.

El SMS de Rajoy
Según afirmó Bárcenas, recibió entonces un SMS del propio Rajoy diciéndole que “entendía” su decisión, que estuviera “tranquilo y sereno” y que al día siguiente le llamaría. El presidente del Gobierno no le llamó finalmente, lo hicieron en su nombre los exministros Michavila y Acebes.

La reunión con Rajoy en Génova
Bárcenas narró con lujo de detalles una reunión en Génova con Rajoy y Arenas, tras su implicación en el caso Gürtel, en la que también estuvo la esposa del extesorero, Rosalía Iglesias.

Los pagos del PP a Bárcenas los cerró el propio Rajoy
“Templanza, Luis, templanza… Eres víctima de una persecución política. Esto no va contra ti, va contra mí”, le dijo en aquella reunión Rajoy, que a continuación tranquilizó a la mujer de Bárcenas: “Rosa, no os vamos a abandonar”, según describió el extesorero al director de El Mundo. En ese encuentro se habría cerrado el acuerdo de que dejara formalmente el puesto de tesorero pero siguiera cobrando lo mismo y manteniendo el coche y las demás prebendas del partido.