El PP valenciano se dispone a celebrar en Castellón este sábado su gran 'fiesta', su convención regional. Pero el PPCV tiene poco que celebrar tal y como anda, convertido en una caldera que amenaza estallar con un número récord de políticos imputados que, lejos de asumir responsabilidades, amenazan con llevarse por el sumidero al partido si alguien se atreve a tirar de la cadena para 'limpiar' el ambiente.

Decisiones y circunstancias
Sólo en ese contexto se entienden unas declaraciones de hace unos días de José Císcar, vicepresidente del PP valenciano y además portavoz del Gobierno autonómico: "Rajoy tiene confirmada su presencia y seguro que va a venir". Era el remate con el que desmentía lo que en algún momento se debatió en la dirección nacional del partido, que el presidente del Gobierno buscara una excusa para escapar del campo de minas, en forma de fotos inoportunas, por ejemplo, que puede presentársele en cada apretón de manos que dé durante la reunión. "Estoy convencido de que Rajoy no toma sus decisiones en función de ese tipo de circunstancias", tenía sin embargo que reconocer la peculiar y difícil situación el líder 'popular' valenciano.

Rajoy tendría sus razones para pensárselo. En julio de 2008, cuando los rumores de lo que hoy son decenas de imputados por corrupción ya empezaban a ser clamor, un Rajoy entonces muy necesitado de los votos valencianos, acudió a Castellón y se hizo una foto que hoy parece especialmente cargada de símbolos. Subidos al barco, un grupo de dirigentes populares locales muestran su júbilo, no hay más que verles saludando cara al sol, junto a Rajoy, aunque ahora la sonrisa a muchos de ellos se les haya helado.
 

Rajoy en Castellón en julio de 2008, junto a los ahora diputados, e imputados, Ricardo Costa y Vicente Rambla, al imputado Carlos Fabra, al investigado por el caso Nóos, Francisco Camps, y el sucesor de Fabra, Javier Moliner, el diputado Manuel Altava, Juan José Monzonís (primero a la izquierda), entonces presidente de la autoridad portuaria a punto de sentarse en el banquillo y Jorge Moragas, jefe del Gabinete actual de Rajoy

 

 


Los que estaban en el barco, siguen en 'el barco'
Y es que ahí están, uno al lado del otro, y todos de Rajoy, Ricardo Costa, imputado por las investigaciones sobre financiación del PP-trama Gürtel; Carlos Fabra, imputado y con petición por el fiscal de cárcel por tráfico de influencias, cohecho y fraude; Vicente Rambla, entonces vicepresidente de la Generalitat y a quien ahora le piden cárcel por el caso Fitur y también implicado en el asunto Gürtel valenciano; Francisco Camps, que más allá de los trajes, todo indica que puede verse imputado en el Caso Nóos en los próximos días...

Cómo estaría de cargado 'el aroma' que flotaba en la cubierta del barco, que aquel Rajoy necesitado de todos los apoyos, se vio en la necesidad de declarar que Carlos Fabra, en aquel momento presidente de la Diputación, pero ya bajo fuertes sospechas, era "un ciudadano ejemplar". Igual, claro, que después dijo aquello otro a Camps cuando el aire alrededor del presidente de la Generalitat resultaba irrespirable, pero movía un millón y medio de votos: "siempre estaré detrás de ti, o delante, o a un lado", remate memorable a un pensamiento que había arrancado no menos entregado: "creo en tí y en lo que haces. Te he visto actuar. Adelante, Paco".

Diputados, alcaldes... imputados por todas partes
La foto, ahora, parecería irrepetible, ya se cuidarán el Presidente del Gobierno y sus asesores, pero producirse podría producirse, porque todos ellos, por increíble que parezca, siguen ocupando cargos públicos o de dirección en el partido. Costa, Rambla, Camps..., son diputados de las Corts. Como lo son otros imputados que tienen derecho a estar en esta convención y que también tendrá que evitar como pueda Rajoy. Por ejemplo, las diputadas autonómicas Angélica Such y Milagrosa Martínez, que tienen petición ya de cárcel de la fiscalía por el caso Fitur; o los también diputados Yolanda García, David Serra o Luis Díaz Alperi. O el alcalde de Chiva, José Manuel Haro. O la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, imputada en el caso Brugal. O Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, que tienen encima de la cabeza la posible imputación por el tema Nóos. O Alfonso Bataller, alcalde de Castellón, imputado en la trama Gürtel... Minas, minas, minas..., que Rajoy tendrá que sortear.

Tan difícil es la situación del PP en esta comunidad que la convención primero se pensó en celebrar en Valencia, pero había demasiados imputados. Resultaba incómodo. Y después se pensó en celebrar en Castellón, pero entonces saltó que el alcalde, Bataller también era imputado en la Gürtel... Y al final se tuvo que trasladar a Peñíscola, ya donde acaba la Comunidad, cerca de Tarragona.