Concentración en contra de declarar la tauromaquia como Bien de Interés Cultural, frente a la plaza de toros de Las Ventas. EFE Concentración en contra de declarar la tauromaquia como Bien de Interés Cultural, frente a la plaza de toros de Las Ventas. EFE



Las administraciones españolas destinan en ayudas a la tauromaquia más de 571 millones de euros y la Unión Europea no menos de 129,6 millones de euros, a través de los programas de la política agrícola común, según denuncia un informe de Esquerra Republicana, del que se hace eco la periodista Pilar Rahola en Twitter. Las cifras son especialmente escandalosas en un momento como el actual, de serias dificultades económicas.



Falta de transparencia
El informe pretende demostrar, según afirma el texto, que si no fuera por estos fondos públicos, la tauromaquia “se derrumbaría económicamente y desaparecería”. La cantidades dedicadas por los diferentes niveles de la Administración pública así como por la Unión Europea son “derivadas de los cálculos más conservadores”, debido a “la falta de transparencia presupuestaria”, que hace muy difícil que “algunas líneas de financiación” se puedan “rastrear”.

Datos de entidades defensoras de los animales
El informe de Esquerra Republicana alude a la Fundación Altarriba, de defensa de los derechos de los animales, que en 2007 hizo público un cálculo que rondaba los 564 millones de euros. También cita al Grupo Abolicionista de la Tauromaquia, que en 2010 ofreció una suma similar de 550 millones de euros y al PACMA que en 2011 elevó la cifra hasta 600 millones.

¿Cómo se han hecho los cálculos?
Estas estimaciones globales, según aclara el estudio, no incluyen los subsidios que se conceden para la cría de toros bravos y de crianza, sino que están referidas “al dinero de los contribuyentes invertido en fiestas; apoyo directo para el entretenimiento, ayuda a los promotores y organizadores, adquisición masiva de entradas, marketing, publicidad, derechos de televisiones públicas”.

Según se aclara en el texto, a falta de “datos fiables, la mayoría de las evaluaciones se centraron en el número de corridas de toros, su coste medio, y la proporción de los gastos cubiertos por la venta de entradas o de otros (escasos) ingresos privados, como la venta de los toros una vez muertos, o de patrocinios diversos”.