El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha deslucido al máximo el mediático encuentro que Mariano Rajoy ha mantenido este lunes con el Papa Francisco. Una cita que desde que el cardenal Jorge María Bergoglio fuese elegido el máximo dirigente de la Iglesia católica el pasado mes de marzo, los asesores de comunicación del Gobierno habían fijado como una de sus más inmediatas prioridades. Así, los apenas 24 minutos en los que el presidente del Gobierno ha conversado en Roma con el Papa Francisco han quedado totalmente empañados ante la severa crítica que Rouco Varela ha realizado al Gobierno de Rajoy en una rueda de prensa pronunciada desde la sede de los obispos en Madrid.

Se evidencia de este modo la mala relación existente entre el jefe de los obispos y el líder del Partido Popular. Algo que ELPLURAL.COM ya adelantó el pasado mes de enero cuando explicó el cabreo de Rouco Varela ante el hecho de que Mariano Rajoy se negase a recibirle para abordar aspectos que preocupan profundamente a la jerarquía católica. Una circunstancia extraordinaria que nunca se había producido en legislaturas anteriores, ni siquiera con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, tachado por el Vaticano de laicista radical.

El anhelo de los obispos
El problema estriba en que antes del triunfo electoral de la derecha, los obispos imaginaron una situación en la que el poder político les ayudaría a aplacar la corriente de opinión, muy creciente, contra el paraíso fiscal en el que vive la Iglesia católica, y que el PP derogaría algunas de las leyes en materia social impulsadas por los Gobiernos socialistas. Una situación que no se ha producido ni de lejos.

Rouco despechado      
Tanto es así que en determinados foros públicos, Rouco Varela ha llegado a lamentar que en Génova 13 “piensen que llevarse bien con los obispos les quita votos”, además de oponerse a que dirigentes tan importantes del PP como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, esté casada solo por lo civil, o la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, sea madre soltera gracias a la reproducción asistida, esté divorciada y se haya vuelto a casar con un divorciado.

Distancias insalvables
Pero sin duda lo que más ha dolido a Rouco Varela y su guardia pretoriana es la utilización que a su entender Mariano Rajoy pretende realizar ante el nombramiento de Jorge María Bergoglio como nuevo obispo de Roma. El líder de los obispos españoles considera inapropiado que el presidente del Gobierno busque a toda costa una imagen con el Papa Francisco cuando se niega en rotundo a fotografiarse y mantener un encuentro público con él. Una pretensión, la del Partido Popular, que estaría motivada por la buena imagen pública que, a diferencia de Rouco Varela,  Bergoglio ha conseguido alcanzar en los primeros días de su papado al marcar precisamente distancias con los grupos ultraconservadores que más importancia tienen en la actualidad en la Iglesia española: el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, Comunión y liberación o los Kikos.

Las críticas de Rouco
Es en este contexto cuando Rouco Varela ha optado por criticar hasta la extenuación la gestión de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. De hecho, el cardenal madrileño ha expuesto a los periodistas su visión catastrofista sobre la actualidad española: “Persiste la crisis económica con su cortejo de paro -especialmente de desempleo juvenil- y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes. Persiste la desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación sobre el matrimonio gravemente injusta. Persiste la ausencia de protección adecuada para la familia y la natalidad, en especial, para las familias numerosas. La calidad de la enseñanza sigue dejando mucho que desear, siendo así que de ella depende en tan gran medida el futuro de la sociedad”.

Incapaz de comprender
Además, Rouco Varela ha admitido ser incapaz de comprender por qué el Gobierno todavía no cuenta siquiera con un anteproyecto de Ley antiabortista y se opone en rotundo a reformar la legislación sobre el matrimonio, a pesar de que el PP convirtió en fundamentales estos temas cuando estaba en la oposición.