El consejero de Presidencia del Gobierno autonómico, Roberto Bermúdez de Castro, había pedido comparecer en las Cortes aragonesas. Quería presentar el contrato programa que el ejecutivo de Luisa Fernanda Rudí, PP ya saben, quiere firmar con la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión. Y se puso a hablar de las bondades de su proyecto... tanto, tanto, que se le calentó la boca, se puso magnífico y comenzó a dar ejemplos de lo que, según él, no va a ser la autonómica aragonesa.

Las autonómicas, modelo de manipulación
Fue entonces cuando dijo lo que hasta ahora los dirigentes del PP negaban, pero en lo que parece haber un creciente consenso entre los espectadores: que RTVE cada vez es más partidista. Y entonces dijo la frase: "En el momento en que un informativo es manipulado bajan los índices de audiencias, si no vean la Primera".

Pero no le bastó. Como recoge toda la prensa aragonesa hoy, una vez sacado a pasear el dedo justiciero, el Consejero, voz de la todopoderosa Rudí, señaló como otros ejemplos de manipulación a Telemadrid y Canal 9, cadenas que controla su partido desde su propio nacimiento. Eso sí, compensó metiendo en la lista a Canal Sur.

Telearagón..., televaticano
Es verdad que los grupos de oposición habían 'calentado' la boca del señor Bermúdez. Nieves Ideas, de la Chunta Aragonesa, acaba de decirle que los informativos de la televisión autonómica "parecen nodos"; Patricia Luquin, de Izquierda Unida, le había pedido "más pluralidad" y le había criticado por la cascada de procesiones que durante Semana Santa habían, en sus palabras, convertido la televisión aragonesa en Televaticano; y Carlos Tomás, del PSOE, le había recriminado que "con el pretexto de la crisis" el PP había puesto en marcha una serie de privatizaciones en las televisiones autonómicas de "muy difícil reversión", con la intención de fondo de "manipular las televisiones públicas, cargándose los mínimos de garantías" democráticas que se habían consensuado entre los partidos para estas televisiones.