Fotografía facilitada por el Diario de Mallorca de Pere Barceló Rigo (izq.), párroco de Can Picafort, acompañado de su abogado el pasado 12 de febrero. EFE/Diario de Mallorca

 

 


El Tribunal Eclesiástico de Mallorca ha declarado culpable al sacerdote Pere Barceló Rigo, expárroco de Can Picafort, de haber abusado sexualmente de varias niñas a finales de los años 90. Es la primera vez que la Iglesia católica en España dicta una sentencia canónica de este tipo.

Delitos contra el sexto mandamiento
El tribunal le considera culpable de "la comisión de delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores" y por ello, debido a estos "gravísimos delitos" se le impone "la pena máxima de la expulsión del estado clerical y se le prohíbe totalmente el ejercicio de su ministerio sacerdotal", según indica el Obispado de Mallorca en un comunicado, del que da cuenta EFE.

El Vaticano tiene que confirmar la sentencia
La sentencia del tribunal de la Iglesia en Mallorca será enviada al Vaticano para la ratificación de la sentencia emitida en primera instancia. Ahora el sacerdote tiene el derecho a apelar ante el Tribunal Supremo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Tres jóvenes le denunciaron
El procedimiento penal canónico se abrió en 2011 por orden del anterior papa Benedicto XVI para que se aclarara "cualquier indicio" de pederastia.

El proceso contra el sacerdote se inició después de que una joven de 24 años denunciara ante la Guardia Civil que fue violada varias veces cuando tenía la edad de 10 años por Pere Barceló. Otras dos jóvenes más denunciaron a Barceló por abusos del mismo tipo, una de ellas por lo penal en un juzgado ordinario.

En 1998 se archivó una denuncia contra el sacerdote
La joven había negado la violación en 1998, cuando tenía 11 años, porque se sintió coaccionada y amenazada por el sacerdote. Ese año hubo una primera denuncia contra el párroco, pero fue archivada a petición del fiscal Pedro Horrach por falta de pruebas.

La joven de 24 años contó en su denuncia que el entonces párroco de Can Picafort abusó de forma sistemática de ella entre los años 1997 y 1998. El sacerdote la forzó a mantener relaciones sexuales en la Rectoría de Can Picafort y en una casa particular suya.