El ex primer ministro británico, Toni Blair / EFE-Archivo



El ex primer ministro británico Tony Blair ha admitido que Irak no está hoy como lo había imaginado hace diez años, cuando se unió a Estados Unidos para invadir ese país, pero ha insistido en que fue una decisión correcta. El británico se convirtió en el principal aliado de George Bush para la invasión mientras que el expresidente español, José María Aznar, completaba el trío como el encargado de recabar apoyos para la guerra en Latinoamérica, labor en la que fracasó notablemente.

Lejos del país que proyectaron para justificar la invasión
En una entrevista con el programa Newsnight que emitirá esta noche la cadena británica BBC, el antiguo jefe del Gobierno laborista ha admitido que la situación en el país árabe "no está cerca de lo que debería ser", en referencia a lacras como los continuos ataques terroristas. La guerra de Irak empezó el 20 de marzo de 2003 y llevó a la caída de Sadam Husein, pero la invasión fue un duro revés para la reputación del entonces primer ministro británico y sobre todo una losa para el desarrollo de Irak y para la estabilidad de Oriente Medio.

Insiste en que hizo lo correcto
Durante el mandato de Blair, la plataforma 'Coalición Parad la Guerra' organizó numerosas manifestaciones en contra del conflicto bélico, y la invasión fue muy impopular entre un amplio sector de la población del Reino Unido. Pero a pesar de admitir que la situación está lejos de la idílica que presentaron en su día para defender la invasión, Blair insiste en que no se arrepiente de su decisión y aseguró que la situación en Irak sería aún peor con Sadam Husein en el poder.

El exlíder laborista -que estuvo en el poder entre 1997 y 2007- reconoció el número de soldados británicos que perecieron en el conflicto, pero recordó también que durante el régimen de Husein hubo muchas víctimas entre los kurdos y en la guerra irano-iraquí de 1980-1988.

En contra de la opinión pública
Pero Blair explicó que "al final, eres elegido primer ministro para tomar estas decisiones" y "las consecuencias son difíciles". En su opinión, Sadam Husein era veinte veces más peligroso que el presidente sirio, Bachar al Asad, aunque admitió que el asunto de Irak provoca aún una gran división de opiniones. "Hace tiempo que he renunciado a convencer a la gente de que fue una decisión correcta", dijo.

Más de 100.000 iraquíes muertos
La invasión de Irak motivó la muerte de 179 militares británicos, mientras que se estima que unos 100.000 iraquíes perdieron la vida a causa de la guerra y la violencia interna desatada ante la debilidad gubernamental.