Pónganse en situación. Es el inicio de 2011. Usted es Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, y está en posesión de un secreto y un poder. Un secreto, que quizás sea a voces, pero del que usted tiene la práctica certeza: se va a presentar a la reelección para alcalde, pero en su horizonte hay un puesto que le espera y que está más conforme a la ambición que ha alimentado desde niño: ser ministro. Y un poder, el de hacer la lista, o influir grandemente en ella, de quienes van a acompañarle .

Que no le sustituya su 'archienemiga?
Ahora tome el papel en blanco, un lápiz y piense en quién quiere aparezca de número dos en su lista. Eso sí, con un condicionante. Esa persona tiene que ser alguien que cumpla un doble papel, ayudarle a protegerse de su archienemigo (en este caso arichienemiga), y por otro, impedir que esa persona cumpla un sueño que a usted, Ruiz Gallardón, no le gustaría ver cumplido, convertirse en alcaldesa cuando usted deje el asiento libre.

Y entonces a Gallardón, como saben quienes más le conocen, se le ocurrió que nadie mejor que Ana Botella. Ella, era ya concejal y le daría apoyos en un sector del PP donde no le veían bien. Pero no sólo eso, sino que, sobre todo, contaría con la suficiente protección para no ser devorada ni siquiera por alguien con el ansia de poder y el control sobre el partido en Madrid como tenía (y mantiene) su archienemiga, la 'lideresa' Esperanza Aguirre, que nunca se mostró especialmente discreta a la hora de declarar que ya que no iba a ser presidenta en lugar del presidente -después del Congreso de Valencia no logró resucitar-, al menos le gustaría ser, como ella decía, "alcaldesa de su pueblo". Y así, con una sola decisión usted, Ruiz Gallardón, tendría resuelto su problema sobre quién debía ser el número dos en su candidatura.

Cómo hacer una lista electoral
¿Y a partir de aquí? "A partir de aquí -dicen en fuentes del PP madrileño- a Alberto le daba igual (usan otra expresión más contundente y vulgar de la que les liberamos)". Prueba de ello es que cuando no han pasado ni dos años, de la lista que votaron los madrileños no queda sino apenas la mitad de los candidatos. O si lo prefieren, el listado aquel con la gaviota que los madrileños eligieron masivamente en mayo de 2011, no lo 'reconoce ni la mente que lo parió'.

En medio dos grandes convulsiones, y algún pequeño temblor. La primera convulsión, la confirmación del secreto (aún fuera secreto a voces) que Ruiz Gallardón conocía con certeza: su paso a ocupar un ministerio. La segunda convulsión ha sido más imprevista: la tragedia del Madrid Arena, que ha permitido que quienes ocupaban puestos perdidos, en el fondo de la lista, hayan subido hasta ocupar cargos de total responsabilidad mientras caía la guardia pretoriana de la que había echado mano en un primer momento la señora Botella.

De los 10 primeros, 5 no siguen
Si les parece, vayamos puesto por puesto. Tengan paciencia porque la historia tiene su aquel.

En la cabeza, número 1, estaba Ruiz Gallardón, ahora ministro de Justicia. El número 2, Ana Botella, ascendió al número 1. El número 3 de la lista, Manuel Cobo, verdadera mano derecha de Gallardón 'de toda la vida', cayó al poco de irse su entonces amigo y jefe. En realidad la caída de Cobo, como la de todos quienes habían acompañado a Gallardón desde sus inicios políticos, fue total, porque el ahora ministro los dejó 'tirados' sin siquiera dignarse a explicarles las razones de su repentino 'desamor'. En resumen, de los tres cabeza de cartel que eligieron los ciudadanos de Madrid, sólo uno sigue el Ayuntamiento.

Proseguimos. La número 4 de la lista era Concepción Dancausa, desde hoy reconvertida en primera teniente de alcalde. El número 5 Eva Durán, tiene su historia: concejala de Puente de Vallecas -uno de los pocos distritos donde el PP nunca ha ganado-, es también diputada y saltó hace poco a la prensa junto a su compañera, la número 32 de la lista, Carmen Rodríguez Flores, porque las dos, puestas en la tesitura de tener que elegir entre sus dos sueldos oficiales lo tuvieron claro: lo mejor para sus bolsillos, y así se quedaron con el sueldo del ayuntamiento, 82.232 euros, en lugar de los 56.000 como diputadas. El número 6, Fernando Martínez-Vidal llegó a la lista porque había sido jefe de Gabinete de Esperanza Aguirre, y ahí sigue, de concejal por el barrio de Salamanca. La 7, Pilar Martínez, ya no está en el Ayuntamiento; mujer de confianza de Gallardón, saltó a la Dirección General de la Vivienda.  El 8, Pedro Calvo Poch, fue la primera víctima política del Madrid Arena; eso sí, no ha sido víctima económica, porque aunque ya no es Delegado de Economía, sigue siendo concejal.., ya saben, sigue cobrando 82.323 euros anuales. El puesto número 9 lo sigue ocupando el último reducto 'gallardonista', Paz González, a quien no le perjudicó precisamente para ocupar el puesto ser esposa del periodista 'pepero' Javier Esparza. Y en el 10 iba quien había ascendido hasta el número dos de la mano de Botella, y con la mima velocidad ayer dejó de ser Vicealcalde arrastrado por el caso Madrid Arena: Miguel Ángel Villanueva.

Hagamos un primer resumen: de los 10 primeros de la lista que eligieron los madrileños, en 20 meses han desaparecido cinco personas. O sea, un 50%.

Los de Gallardón fueron saliendo
Pero hay más, si tienen la paciencia y la curiosidad. Les destacamos aquellos que por una razón u otra resultan más llamativos.

El número 11, Juan Bravo Rivera, se fue con Gallardón a Justicia. El 12, Carlos Izquierdo, que es tesorero del PP madrileño, sigue en su puesto. También sigue en el Ayuntamiento la número 13, Patricia Lázaro, esposa de quien era número 12, Juan Bravo. Igual que siguen el 14, Isabel Martínez-Cubells, esposa de Jorge Rábago, quien actualmente es responsable de la imagen televisiva de los líderes 'populares' y antes fue jefe de prensa de Esperanza Aguirre, y la número 15, Elena Sánchez Gallar, responsable del Distrito Centro, a quien sin duda le ayudó para estar en la lista su entonces muy cercana relación con un histórico del PP madrileño, Rafael Pradillo.

El número 17 de la lista lo ocupó José Manuel Berzal, amigo y hombre de confianza de Manuel Cobo, y que siguió su suerte. Vamos, que ya no está en el Ayuntamiento. Igual que no lo están quienes ocupaban el puesto 19, Elena González Moñux, gallardonista que saltó a la Comunidad, donde es Viceconsejera de Justicia; camino paralelo al que siguió el número 21 de la lista, Luis Asúa, que fue castigado por oponerse a quienes querían reabrir Alcalá 20 siguiendo el deseo del empresario de la noche Miguel Angel Flores, entonces aún un desconocido para el gran público. En los números siguientes de la lista aparecían personas de diferentes afinidades y fidelidades de grandes 'popes' del PP madrileño y nacional. Destaquemos que en el número 30 aparecía David Erguido, el hombre que durante años escribió los discursos de Esperanza Aguirre.

Del fondo del pozo de la lista, al 'estrellato'
Y así hasta el número 31, donde aparecía un tal José Enrique Núñez, el hombre que desde este fondo de la lista en las últimas semanas, caso Madrid Arena y deserciones y empujones varios mediante, saltó a los focos, primero como sustituto de Pedro Calvo, y desde hace unas horas, como segundo teniente de alcalde y verdadero 'hombre de confianza' de la alcaldesa.

De aquí al final, en la lista algunas peculiaridades más. En el puesto 32 aparecía, y sigue en el Ayuntamiento como les explicábamos más arriba, Carmen Rodríguez Flores, la mujer que eligió los 85.000 y calderilla euros, frente a los 56.000 como diputada, y a quien apoyó para entrar en la lista su excelente y cercana relación con un histórico del PP, Álvaro Lapuerta. En el número 34 de la lista está Almudena Maillo, que fue número dos de Turismo por la Comunidad con Esperanza Aguirre, y es hija de alguien realmente muy querido por la expresidenta: su costurera.

Y así se hizo y así ha quedado el listado del Partido Popular, la candidatura que eligieron mayoritariamente los habitantes de la ciudad de Madrid para gobernarse. Claro que la crisis por el Madrid Arena no parece estar aún cerrada. Ni tampoco lo está la guerra larvada en el PP madrileño. Faltan dos años largos para las siguientes elecciones municipales ¿qué pasará hasta entonces?