Camps sigue manteniendo su escaño como diputado del PP en las Cortes Valencianas, pese a que su presencia allí es prácticamente nula. Desde que tuviera que dimitir por el caso de los trajes, sobran casi la mitad de los dedos de una mano para contar las veces que ha honrado, es un decir, a sus compañeros de bancada con su presencia. Por supuesto, su asistencia siempre ha sido presencial, puesto que jamás ha subido al estrado para intervenir. La condición de aforado que el escaño le otorga ante futuras citaciones judiciales alienta su deseo de aferrarse al sillón parlamentario.

Los privilegios de un expresidente
Su segundo empleo, el de miembro del Consejo Jurídico y Consultivo de la Comunidad Valenciana lo logró cuando dimitió al acogerse al estatuto de expresidentes, una ley preñada de privilegios que Zaplana le hizo tragar al entonces líder de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, cuando este pensó que algún día llegaría al Palau de la Generalitat.

El estatuto de expresidentes le permite a Camps disfrutar de coche, conductor, secretaria y despacho, que pagan los valencianos de su bolsillo, pues el coste que esos privilegios acarrean van a cuenta de la Generalitat. Cuando se integró en el CJC, Camps renunció a los 33.000 euros de sueldo que le correspondían como diputado, pero pasó a cobrar 57.000 euros anuales, el equivalente al de un secretario autonómico, el segundo escalafón de la Administración Valenciana.

De casa al despacho en coche oficial
Desde su despacho del CJC el expresidente desarrolla su actividad pública, sin que se sepa a qué se dedica, al margen de participar en las reuniones que celebra esporádicamente el órgano consultivo. Tenga actividad o no, en el CJC se siente arropado por Vicente Garrido, el presidente de la institución, con el que le une una íntima amistad.

Camps dispuso que su despacho oficial se ubicara en la sede del CJC, situado a un centenar de metros de su domicilio, y se desplaza de uno a otro en coche oficial alegando motivos de seguridad, pues más de un grito de “ladrón” ha tenido que escuchar últimamente a pesar de que el jurado popular lo consideró inocente en la causa de los trajes.

Unos emolumentos secretos
De su tercer empleo, poco se conoce. Se sabe que impartirá un máster relacionado con el Derecho, disciplina de la que es doctor por la Universidad Miguel Hernández de Elche, en la que defendió su tesis sobre la reforma del sistema electoral que le dirigió su amigo y compañero en el CJC Vicente Garrido.

Nada se sabe de los emolumentos que vaya a cobrar en la Universidad Católica, que tanto contribuyó a crear, aunque seguro que este nuevo trabajo desatará la envidia de muchos valencianos, que ven con admiración la facilidad con la que el expresidente acumulas ya tres empleos en medio de la mayor crisis que se recuerda.