La letra es deprimente porque la Generalitat no paga y, a tenor de lo explicado en el Parlament por los consellers de Economia y Bienestar Social, los impagos se pueden repetir y el retraso del pago de julio no se sabe cuándo se pagará. Sin embargo, el estribillo de esta canción lo tiene muy claro: la culpa es de Madrid, la culpa es de la asfixia económica del estado y del rancio “españolismo intransigente” que se dedica a calumniar al nacionalismo catalán que está fuerte en sus exigencias ante los incumplimientos de España.

Oriol Pujol, el secretario general de CDC, marcó en una carta a los militantes del partido la línea a seguir. Pujol se refería a las denuncias que ponen en tela de juicio su propia actuación, en el caso de las ITV, y las de su partido, en el caso del expolio del Palau de la Música. La calumnia surge del españolismo intransigente, que después de oír a Mas Colell y Josep Lluís Cleríes –consejeros de Economia y Bienestar Social, respectivamente- es el mismo que ahoga a Cataluña, el que no paga, y obliga a no pagar a la Generalitat dejando al pairo a más de 7000 empresas sociales, a muchos hospitales que no pueden garantizar sus nóminas y a unos cien mil trabajadores sin salario.

Sin amilanarse, hoy los consellers han dado explicaciones en la Diputación Permanente manteniendo el estribillo sin variarlo un ápice. Lo han hecho el mismo día en el que hemos conocido que el expediente de regulación de empleo en TV3 será una realidad. No se sabe a cuántos trabajadores afectará pero la rumorología no lo sitúa por debajo de los 600 despidos. El estribillo volverá a salir. La culpa será de Madrid, quizás del tripartito, pero también con seguridad de los trabajadores de la televisión y la radio pública catalana. Lo único que está claro es que el gobierno de la Generalitat, el gobierno de Mas, no tiene la culpa de nada aunque sea el que recorta, el que sube los impuestos y el que no paga. El problema es que además los consellers no han dicho cuando van a pagar.