Gallardón ha procurado proteger a Carlos Dívar  desde que estalló el escándalo. El otro día fue más lejos y proclamó que no era “constitucional” ni competencia del Congreso de los Diputados, que el presidente del Tribunal Supremo y presidente del Consejo General del Poder Judicial compareciera  para contestar a los interrogantes  acerca de sus numerosos y misteriosos viajes a Marbella.

Nadie, salvo el Rey
Pero, al decir lo que dijo, ignoraba que una sentencia del Tribunal Constitucional de 2003 abrió las puertas a este género de comparecencias. Parece lógico, desde luego, que si el Congreso es el máximo representante de la soberanía popular,  nadie –salvo el Rey, de acuerdo con la Constitución- debe estar exento de ser reclamado en el Parlamento.

Interés general
Estamos ante una cuestión de interés general, que debería ser investigada en formato de Comisión Parlamentaria de Investigación. ¿Por qué tiene tanto miedo Gallardón a que Dívar sea escudriñado? ¿Por qué la derecha tiende casi siempre al oscurantismo y huye despavorida de la transparencia democrática?


Un servidor del Estado
Dívar es un servidor del Estado que se encuentra bajo sospecha de malversación de dinero público. Si demostrara su inocencia -tras muchos indicios negativos para él- tendría que salir por la puerta grande y seguir ejerciendo sus dos importantísimos cargos. Y, si no, a su casa de inmediato o, según y cómo, al juzgado de Guardia.

El cómplice
Gaspar Llamazares, en nombre de Izquierda Unida, acusó hace unos días  a Gallardón de “cómplice” de Dívar y recordó acertadamente que una parte de los integrantes del órgano de gobierno de los jueces fue legalmente elegida por el Congreso de los Diputados. Gallardón se va diluyendo paulatinamente. Al mismo tiempo que el PP y que Rajoy. Tienen, mayoría absoluta. Pero carecen de sensibilidad democrática.

Manda huevos

Ahora, el Gobierno rechaza que Dívar comparezca en el Congreso dada la “separación de poderes”. Manda huevos, Sr. Rajoy, que diría el exiliado Trillo, embajador en Londres. ¿Separación de poderes?  Pero si la derecha controla el Gobierno, controla el Parlamento, controla la mayoría de comunidades autonómicas, controla a la mayoría de los medios de comunicación, ¡¡¡controla holgadamente la Justicia!!!  y está aliada con la Iglesia católica.  ¿Qué más quiere, Sr. Rajoy?

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM