Ya al final de su mandato, un año después del famoso decreto anti crisis de mayo de 2010, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero afirmaba en sus comparecencias públicas, tanto en España como en Bruselas, que además de medidas de austeridad para contener el déficit Europa debía poner en marcha planes para estimular el crecimiento. Su sucesor al frente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba insiste permanentemente en esa idea, que es la misma que comparten todos los socialdemócratas europeos: las salida a la crisis europea ha de ser conjunta, con soluciones a nivel europeo, y debe haber medidas para que las economías crezcan porque si no lo hacen no habrá ingresos, y si no hay ingresos no se pueden pagar las deudas. Así de sencillo. Esta no es la doctrina de la canciller alemana, Ángela Merkel, de la misma familia política que Rajoy. Merkel es la representante genuina de la corriente “liberal” europea jaleada en España por el PP, que en su médula ideológica tienen incrustado el falso dogma de que los países de sur de Europa son vagos y despilfarradores. España, Italia y Grecia tienen que pagar a palos sus pecados. Por cierto, es la misma tesis que el Partido Popular tiene sobre Andalucía.

Inglaterra, Irlanda y Hungría no son del Sur
Hay un pequeño problema que tumba las tesis alemanas, ni Irlanda ni Reino Unido ni Hungría están en el Sur de Europa. Hasta ahora tres países han tenido que ser intervenidos por la UE y el Fondo Monetario Internacional por declararse en quiebra: Grecia, Portugal e Irlanda. Irlanda está en el norte, por tanto solo comparten una cosa: los tres son católicos. ¿Acabará relacionando Merkel la vagancia y el despilfarro con el catolicismo?.

Reino Unido está fuera del Euro, pero ha entrado en recesión y cerrará el año con uno de los déficits mayores de toda la Unión Europea, un 8%, solo por debajo de Grecia y España. Aquí Rajoy y Montoro aseguran que se cumplirá esa cifra sí o sí, el problema es que nadie les cree porque en el primer trimestre de este año llevamos ya más de un punto de déficit, y lo peor es que los ingresos del Estado siguen desplomándose porque se desploma el consumo, la actividad empresarial y el paro está disparado. Así que ya podemos decir que Montoro miente a sabiendas y podemos avanzar que Rubalcaba en el próximo debate de Presupuestos le acusará de mentir.

Hungría ha pedido ayuda extraordinaria a la Unión Europea y la situación de los países del Este no es para echar cohetes.

Apartándonos de cualquier ortodoxia económica podríamos decir que las cosas están así: los alemanes son los que tienen el dinero, y por tanto quienes lo prestan, y ellos imponen sus condiciones. Hasta ahora esas condiciones son exclusivamente recortes y más recortes. El problema está en que una dieta sana para combatir el colesterol  y que nos salve de un infarto no es lo mismo que una dieta salvaje y sin control que nos lleve a la anorexia, enfermedad grave que en muchos casos acaba en muerte.

Dos años de estrategia Merkel y las cosas a peor
El candidato socialista a la Presidencia Francesa, Francoise Hollande, lo anunció en un encuentro con más de un centenar de periodistas extranjeros: nada más llegar al Elíseo enviará una carta  a todos los Presidentes de la UE en la que pedirá un cambio de estrategia económica para que Bruselas active el crecimiento. La sorpresa es que nadie ha salido a descalificar esa iniciativa y que gobiernos conservadores como el italiano están dispuestos a sumarse. En voz baja el rumor que recorre los 27 países de la Unión Europea es en realidad un clamor: “Europa no puede seguir así”. Y es un mensaje muy claro para Alemania. Las próximas cumbres europeas prometen.

Pero la sorpresa  ha sido que el mismísimo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (no sospechoso de izquierdista), ya ha salido esta semana a defender públicamente la creación de un pacto para estimular el crecimiento europeo. Y lo dice no desde una perspectiva ideológica, sino de la perspectiva de los números. España solo aguantará sin ser intervenida si el BCE compra nuestra deuda porque los inversores privados no están dispuestos a socorrernos. Esto último lo han dicho públicamente algún Secretario de Estado y dirigente del PP. Grecia necesitará otro tercer paquete de ayudas, quedan Portugal e Irlanda. Y Alemania ha dicho que no hay más dinero. El caso es que desde 2010, cuando Merkel impuso su doctrina, las cosas en Europa han ido a peor. La recesión se instala en el continente, solo con recortes no se controla el déficit, la economía Francesa está en una situación delicada y la inglesa al borde del precipicio. Solo los alemanes están bien y muchos europeos empiezan a preguntarse que lo único que preocupa a Merkel es Alemania.

Por cierto, el ministro de Economía, Luis de Guindos, viajó la pasada semana a Alemania a pedir que el BCE siguiera comprando deuda española. La respuesta fue no, un auténtico portazo en las narices. Y Draghi lo repite todos los días, no comprará deuda española. Todo un éxito de la diplomacia del Gobierno de Rajoy, toda una muestra del “poderío” que volvería a tener España cuando el PP volviera a la Moncloa. Eso sin recordar que a este Gobierno le han expropiado una empresa fuera de nuestras fronteras, Repsol. A Zapatero no le expropiaron ninguna, y eso sí que les duele.