Tanto es así que hasta los propios trabajadores de La Gaceta se han negado a apoyar el plan que el consejero delegado de Intereconomía, Alfredo Dagnino, pretendía promover con el objetivo de “salvaguardar los puestos de trabajo y mejorar la eficacia de todas las áreas de negocio”. En concreto, los más de 140 trabajadores con los que cuenta el periódico que dirige Carlos Dávila han renunciado en una asamblea celebrada el pasado martes a bajarse un diez por ciento su sueldo, tal y como pretendía la dirección.

La propuesta de los trabajadores
Según ha informado a ELPLURAL.COM el Comité de Empresa de La Gaceta, formado únicamente por integrantes del sindicato CGT, los trabajadores consideran más adecuado reducir las partidas económicas destinadas a pagar las colaboraciones con las que cuenta el periódico o eliminar los pluses de productividad que reciben algunos redactores.

Asambleas de trabajadores
Junto con el de La Gaceta, la única división del grupo mediático que cuenta con un Comité de Empresa es Radio Intercontinental. Todas las demás áreas de negocio de Intereconomía deben elegir en las próximas horas a sus representantes para decidir sobre el plan de ajuste que la dirección del grupo quiere aplicar. Conocedores de esta situación, la Unión General de Trabajadores (UGT) intentó establecer un encuentro con los trabajadores de Intereconomía para informarles de sus derechos y explicarles las ventajas de tener el respaldo de un sindicato de clase.

Acceso prohibido a UGT
Sin embargo, el área de Recursos Humanos de Intereconomía impidió la entrada a la empresa a los miembros de UGT, que se vieron obligados a repartir información a los trabajadores en la calle, cuando éstos habían terminado su jornada laboral. Situación que contribuyó a aumentar el clima de tensión que estos días se vive en Intereconomía.

Miedo a un ERE masivo
De hecho, varios periodistas del grupo de comunicación presidido por Julio Ariza han asegurado a ELPLURAL.COM que los trabajadores se temen lo peor y no descartan que al final se produzca Expediente de Regulación de Empleo (ERE) “que acabe con la mitad de la plantilla en la calle”. Todo ello motivado por la deuda que acumula Intereconomía (cifrada en unos 30 millones de euros), la disminución de los ingresos por publicidad, la deuda a corto plazo con los proveedores y la mala gestión económica de una empresa que ni siquiera puede hacer frente al pago de las nóminas de los trabajadores.

Futuro en entredicho
Así las cosas, no son pocos los trabajadores que temen que “Intereconomía entre en suspensión de pagos e incluso pueda acabar cerrando”. Según Enrique de Diego, uno de los fundadores del grupo que preside Julio Ariza y autor del libro Dando Caña, se ha llegado a esta situación porque “Ariza  hace tiempo que perdió el sentido de la realidad. De hecho, desde hace años está en una huida hacia adelante que ha llegado a su fase terminal, con fallo multiorgánico del Grupo”.

Las cuentas de Intereconomía
Según Enrique de Diego, “la situación en el Grupo es depresiva y puede pasar a ser explosiva en días con un Ariza ausente, que no da la cara, y un  Dagnino manipulador y sin ningún respaldo”. En su opinión, lo más grave es que “las cuentas de Intereconomía seguramente no puedan pasar por el escrutinio de un concurso de acreedores sin terminar en el terreno judicial”.

Sin versión de Intereconomía
Este periódico ha intentado recabar la versión de Intereconomía, sin obtener todavía respuesta por parte del departamento de prensa del grupo de comunicación.