Atado y bien atado. Así es como tiene el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su previsión de cierre de cuentas de los próximos dos años, y por ello se ha permitido el lujo de decir que ya veremos quién cumple en Europa en 2013 los objetivos de déficit. La respuesta es sencilla. El Gobierno tiene previsto subir el IVA el próximo año, seguramente dos puntos, lo que encajaría las cuentas y lograría que España cumpla el objetivo de cerrar 2013 con un déficit público del 3%, que es lo que realmente le importa a la Comisión Europea.

El entramado de cifras
La subida de esos dos puntos en el IVA, según fuentes consultadas por ELPLURAL.COM,  aumentaría la recaudación de Hacienda en unos 8.000 millones de euros con los niveles de consumo actual. A esa cifra se sumarían los 6.000 millones de recaudación suplementaria que supondrá la permanencia de la subida del Impuesto sobre la Renta (IRPF), cuya subida, si no se cambia la ley, tiene fecha de caducidad el 31 de diciembre de 2013. El Gobierno confía, además, en que la relajación de las tensiones en la eurozona rebaje el gasto en intereses de la deuda en otros 4.000 a 5.000 millones y sólo queda que el empleo deje de caer y aumente un poco para que el incremento del número de afiliados logre que las cotizaciones a la Seguridad Social vuelvan a ser suficientes para que el sistema tenga un superávit de unos 4.000 millones. Todo ello suma 23.000 millones. Justo para bajar de un déficit del PIB del 5,3% pactado por Rajoy con Bruselas para 2012 hasta el 3% del que no puede escapar y del que el presidente del Gobierno alardea de que cumplirá.

Recaudación adicional
Si todo esto le sale bien, que es lo que ha vendido en Europa Luis de Guindos, ministro de Economía, Mariano Rajoy podrá anunciar el año próximo, con pompa y boato, que puede cumplir su promesa y que la subida del Impuesto sobre la Renta se acabará en 2014. Y en medio está el Ministerio de Hacienda, cuyo titular, Cristóbal Montoro, no congenia mucho con su compañero De Guindos, pero que tendrá que poner todo de su parte para lograr que la Inspección de Hacienda consiga levantar 5.000 millones adicionales de recaudación por si falla el objetivo de superávit de la Seguridad Social.

Todo está previsto
Todo este andamiaje de cifras parece complicado y, sobre todo, escapa al entendimiento de los ciudadanos comunes para los que mil millones de euros es algo inimaginable. Pero una parte de su anclaje tiene que ver con la campaña suscitada desde el Gobierno sobre la nefasta situación que se ha encontrado. El programa de pago de facturas pendientes de ayuntamientos y comunidades autónomas terminará con 35.000 millones de euros de préstamos para saldar deudas que tal y como publicó El Plural el pasado 12 de marzo, acabará pagando el Estado a partir de 2017. Pero como una de las condiciones para acceder al dinero es que las facturas cuenten como déficit público, resulta que los contadores de las autonomías y ayuntamientos se pondrán a cero, lo cual permitirá que en 2012, y más en 2013, el déficit de esas administraciones públicas cumpla sin problemas el objetivo prometido por Rajoy en Bruselas.

Negocio para las empresas
Para este año, el debate está centrado en los 5.000 millones de recorte adicional que supone bajar del 5,8% al 5,3% del PIB en el objetivo de déficit. Luis De Guindos mantiene que no afectará ni al empleo ni al empleo. Rajoy, para curarse en salud, dice que es posible que esto incida en el crecimiento a corto plazo. Pero ambos saben que tras el saneamiento de ayuntamientos y comunidades autónomas la cifra es asumible. Eso sí, la aprovecharán para introducir en la ley de Presupuestos Generales del Estado algunas medidas que van desde la subida de impuestos sobre el alcohol y el tabaco hasta las privatizaciones parciales de las nuevas infraestructuras. En ello trabajan los técnicos del Gobierno y ejecutivos de algunas de las grandes empresas.