Peor aún es leer en los medios de comunicación cómo una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. El Gobierno de Madrid ha reconocido que no paga a las empresas de formación ocupacional unos 100 millones de euros y a los agentes de formación continua otros cien millones de euros, cantidades que, por cierto, oculta y no contabiliza como déficit.

Para mayor abundamiento las subvenciones aprobadas para I+D, unos dos mil expedientes, están sin pagar, ni contabilizar, a pesar de haber sido tramitadas. Peor aún, Farmaindustria reclama a la Comunidad de Madrid una deuda por medicamentos por valor de 700 millones de euros que el gobierno regional tampoco suma como deuda.

Añadimos que tampoco contabilizan una deuda de 510 millones de euros de material sanitario. Así, evidentemente, sin contabilizar las facturas y los expedientes, pueden dar las cifras que les da la gana. Un auténtico fraude contable, financiero, político, legal, económico, moral, fiduciario y público.

Luego la Comunidad de Madrid oculta, aproximadamente, un déficit de unos 1.000 millones de euros y ha de sumársele una deuda de unos 2.000 millones de euros. Que Madrid es la región con menos déficit es más falso que un directo de Milli Vanilli.

Ahora va a resultar que Elena Salgado decía la verdad. Previno de un déficit del Estado de alrededor del 5% y, efectivamente, este ha sido -décima arriba, décima abajo-, el que ha reconocido Montoro.

Quienes no decían la verdad, empero, eran las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular, adalides de la austeridad, presentando desviaciones tan impresentables como los déficits del 4,33% de Murcia, el 4,04% de Cantabria o el 3,68% de Valencia.

Casi todas las regiones están tocadas por el desequilibrio presupuestario y, paradojas del destino, sobre todo aquellas gobernadas por el Partido Popular que son las que mayor riesgo de quiebra tienen. Como Valencia que tuvo que ser prácticamente intervenida en forma de aval para poder afrontar un vencimiento a finales de diciembre de 2011.

Hay que eliminar del análisis el extraño juego contable de María Dolores de Cospedal, reconociendo una deuda a partir de facturas inferiores a un año, de tal manera que de esta forma justifica el cambio de modelo educativo y sanitario de Castilla La Mancha.

Peor que un desequilibrio, sin embargo, es una mentira que todos dan por verdad. El déficit y la deuda de la Comunidad de Madrid son tan falsos como la planificación familiar de "con ocho basta".

Antonio Miguel Carmona es profesor de Economía, Portavoz de Economía y Hacienda del PSOE en la Asamblea de Madrid y Secretario de Economía del PSM-PSOE

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