El frente sevillano…
Así las cosas, el todavía vicesecretario de política territorial, Javier Arenas, y su fiel aliada, la también vicesecretaria de organización, Ana Mato, no están dispuestos a que Cospedal “toledanice Génova”, como así lo intenta desde el “golpe de Navidad”, cuando la secretaria general del PP filtró a EFE que Mariano Rajoy le había ofrecido seguir de “número dos”, desactivando al mismo tiempo la candidatura de Esteban González Pons para sucederle. “Arenas y Mato no están dispuestos a que Cospedal ponga a sus peones de confianza en la séptima planta”, concretan.
…amigo del frente monclovita…
Pero no solo Javier Arenas y Ana Mato pretenden mermar la influencia de Cospedal, también la todopoderosa vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quiere su trozo de pastel en Génova; de ahí su alianza con Arenas y con Mato, que forman el triunvirato que se lo está poniendo muy difícil a la castellano-manchega. Sáenz de Santamaría presume de ser amiga de Arenas, que siempre le llama, y no a Cospedal, cuando organiza actos donde debería estar la “número dos” del partido. “¿Cómo se explica si no que la secretaria general no acudiera a la Convención Autonómica del PP en Andalucía? Soraya, sí estuvo y la clausuró?”, añaden las fuentes.
…unidos contra el frente toledano
Así están las cosas. María Dolores Cospedal ha desplegado estos últimos días una desproporcionada campaña de autopromoción por televisión, prensa, radio e internet, consciente de que el triunvirato Arenas-Mato-Sáenz de Santamaría puede dar al traste con sus conocidas intenciones de ser la única con voz y mando en Génova. Sin embargo, la presidenta de Castilla-La Mancha lo tiene muy complicado a la hora de colocar a su gente; primero porque “no tiene banquillo, ni fieles con suficiente peso político”, y en segundo lugar porque los frentes sevillano y monclovita no se lo permitirán.
Hombres de Arenas y Mato
Aún es más, las mismas fuentes reconocen que los hombres de Javier Arenas y de Ana Mato están mejor posicionados que los supuestos candidatos de Cospedal. De esta forma, sabemos que Juan Carlos Vera, tal vez el que mejor conoce los entresijos del PP por su pertenencia al aparato durante las dos últimas décadas, y hombre de confianza de Ana Mato, está en todas las quinielas para formar parte del núcleo duro de Génova, así como Juan José Matarí, mano derecha de Javier Arenas en política autonómica y que también está a las puertas para ascender en el escalafón.
“El huérfano” Pons
Y dentro de todos estos nombres, no puede quedar fuera el que con toda seguridad ocupará un destacado lugar en el organigrama nacional del PP: Esteban González Pons, que él mismo se autodenominó como “El huérfano” al quedar fuera del Gobierno y de todos los cargos orgánicos e institucionales. El nombre de Pons, que se lleva mejor con el triunvirato que con la autócrata, suena desde hace meses como posible coordinador del partido, figura que Cospedal rechaza porque restaría peso político a la Secretaría General.
Los toledanos no pudieron con Marilar
Tampoco pudo la secretaria general hacerse con las riendas de la jefatura de prensa de la sede de Génova cuando su titular, Carmen Martínez de Castro (La Castro), siguió a Rajoy hasta La Moncloa y ascendió a la Secretaría de Estado de Comunicación. A principios de año, después del “golpe de Navidad” de María Dolores Cospedal, se habló de que el nuevo jefe de prensa sería Fernando Urrutia, mano derecha de la presidenta de Castilla-La Mancha, pero muy cuestionado por la mayoría de los periodistas manchegos. Una vez más, la influencia de Javier Arenas se hizo notar y fue la histórica María del Pilar de Andrés, Marilar en el mundo de la comunicación, la que finalmente sucedió a “La Castro”. Y es que no hay que olvidar que De Andrés llegó al PP de la mano de Arenas.
Todavía queda partido
Por eso, por mucho que el entorno de Cospedal se empeñe en filtrar a diestro y siniestro que la presidenta de Castilla-La Mancha será la gran vencedora de este congreso, la realidad es que queda partido por jugar, aunque todo indica que podrá renovar su mandato, pero no con los poderes que demanda, ni mucho menos podrá configurar su equipo sin el visto bueno de Arenas, Mato y Sáenz de Santamaría. Eso sí, siempre con las bendiciones silenciosas y gallegistas de Mariano Rajoy.
