Sin embargo, aunque tampoco conocíamos, explícitamente, sus planes, muchas mujeres sí sabíamos lo que nos jugábamos si la derecha volvía al poder. La realidad no se ha hecho esperar. Bastaron tan solo unos días para que, como recordaba esta semana Carme Chacón en un acto de compromiso con las mujeres, la actual Ministra de "Igualdad", hablara de violencia intrafamiliar, agrediendo así con sus palabras a la lucha colectiva por hacer visible la violencia machista y sacar de la soledad del ámbito privado a muchas mujeres.

Nos ha costado mucho mostrar que la violencia de género no es algo privado, que está enraizada en una profunda desigualdad, en una dominación de siglos y que, no solo se produce en el ámbito doméstico, sino incluso en plena calle. Tampoco se ha hecho esperar la reducción de los servicios públicos de la red de atención de víctimas de género en las comunidades gobernadas por el PP, así como la devaluación de la estructura de igualdad en el Ministerio, que ha desparecido de la agenda de la actual Ministra.

Por si esto fuera poco, el Ministro Gallardón anunció, en su comparecencia en la Comisión de Justicia del Congreso, su intención de reformar la Ley 2/2010 de salud sexual y reproductiva para que se exija el consentimiento paterno en relación con las menores de 16 y 17 años. Una declaración inquietante por poco concreta además de demagógica, incoherente, e innecesaria.

Innecesaria, porque el Sr. Gallardón debería saber que el 90% de las menores que pasan por ese duro proceso lo hacen en compañía de sus padres, que la actual ley garantiza a los progenitores el conocimiento y protege las situaciones con riesgo de violencia, coacciones, presiones, maltrato o desamparo. Debería saber además que la mejor forma de proteger a las adolescentes es ayudándolas, no juzgándolas, poniendo a su disposición medios anticonceptivos, incluidos los de emergencia, y continuar con la prevención contemplada en la ley vigente.

Incoherente, porque la ley del paciente aprobada por un gobierno del PP establece los 16 años como mayoría de edad para las decisiones sanitarias, mas allá de que ninguna ley contempla el consentimiento paterno para ser madre a los 16 y, en consecuencia, no deberíamos pedírselo para decidir no serlo.

Demagógico, porque Gallardón debería saber que esta ley está avalada por el Consejo de Estado y el CGPJ en su constitucionalidad. Además, es más garantista no solo con las mujeres, sino también con los profesionales e incluso con el nasciturus.

Insisto, no sabemos mucho de por dónde irán los cambios, lo que sí sabemos es que nos harán retroceder. Lamentablemente, en este país cuando el PP da un paso adelante, las mujeres lo damos hacia atrás.

Leire Pajín ha sido Ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad y en la actualidad es diputada socialista.