Dicho de manera más gráfica y coloquial, el PP tiene en cuenta los derechos humanos, como Bush y Aznar tuvieron en cuenta la vida de los irakíes cuando declararon la guerra a Irak, o como tienen en cuenta Botin y la Banca el bienestar social, o como renuncia Cospedal a alguno de sus sueldos millonarios mientras recorta derechos en su Comunidad, es decir, nada.Centrándonos en la educación que está proponiendo, promoviendo e imponiendo en pleno siglo XXI allá donde gobierna, el partido de la derecha tendrá mucho de qué avergonzarse en el futuro de cara al juicio justo y ecuánime de la historia.

La Comunidad de Madrid está financiando con dinero público a supuestos centros educativos de organizaciones ultrarreligiosas de cariz más que extremista; les está cediendo terrenos públicos y les está haciendo donaciones dinerarias multimillonarias (90 millones de euros en los últimos meses, según algunos medios, solo en esta comunidad),  mientras está empobreciendo y despreciando vergonzosamente la educación pública. Y con tanto descaro, que la propia presidenta de la comunidad ha declarado públicamente que la educación no tiene por qué ser obligatoria ni gratuita en todas sus fases. Se ha delatado.

Está siendo más que evidente un traspase antidemocrático de fondos públicos a la enseñanza privada; está haciéndose visible el afán reaccionario de esta derecha que añora tiempos franquistas, tiempos en que la educación estaba en manos de la Iglesia , ejerciendo una función más que educadora, adoctrinadora, y era privilegio de sólo unos pocos. Está poniendo de manifiesto que quieren convertir la educación en un negocio “neoliberal”, es decir, financiado con dinero de todos, pero destinado sólo a quienes la puedan pagar; está manifestando abiertamente su afán de volver a retrotraer a este país hacia unas coordenadas predemocráticas que ignoraban del todo el pluralismo, los derechos ciudadanos y los derechos humanos.

A modo de recordatorio, creo que es importante tener muy presentes, al respecto, los artículos 26 y 27 de la Carta Magna de los Derechos Humanos, que, como expresa en su preámbulo, induce a que se promuevan, a través de la enseñanza y la educación, la dignidad y la igualdad de toda persona humana, a defender el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto amplio de la libertad.

Art.26: 1-Toda persona tiene derecho a la educación, que deberá ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. 2- La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.

Art.27 1-Toda persona tiene derecho a formar parte de la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

La vulneración de los derechos humanos por parte de las políticas del PP en materia de educación, además de en otras materias, está siendo más que notoria. No sólo se alejan de estos preceptos básicos en el terreno educativo, sino que propugnan una enseñanza confesional contraria a ellos, promoviendo una sociedad injusta, elitista, acrítica e inculta. En su obra Educación, el inglés Herbert Spencer exponía que el objetivo último de todo proceso educativo es contribuir a formar seres libres y aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás. El objeto de la educación que está promocionando el PP es todo lo contrario. Y hacen de ello, además, un buen negocio.

Coral Bravo es Doctora en Filología