Pero lo malo en este caso no es sólo eso, sino que la utilización política y la pobreza de contenidos es tal, que los valencianos que costean con sus impuestos ese déficit, cada vez se alejan más de lo que ven y escuchan en la RTVV según marcan los estudios de audiencia. Si al concluir 2010 Canal Nou apenas se movía ligeramente por encima del 8%, en la actualidad ni siquiera llega al 6%.

Maquillaje en los datos de la deuda
Ernst&Young, que es la auditora que ha analizado las cuentas de la radiotelevisión pública valenciana, señala que el saldo negativo que arrastra RTVV se había elevado a finales de 2010 más de 16 millones de euros sobre el déficit de 2009. Y lo curioso es que esta cifra de aumento es visto como una señal sino buena, al menos como menos mala, porque se mantiene justo en el límite permitido por la ley presupuestaria.

Eso sí, como recoge el diario Levante, la auditora revela en su informe que en estas cifras de endeudamiento se esconde “cierto maquillaje” porque no se recogen 158 millones de euros que la Corporación debía a acreedores comerciales al final del año pasado.

La morosidad de RTVV por encima de lo legal
Por cierto, buena parte del pago a los deudores, en concreto cerca de 83 millones de euros, se ha retrasado por encima de lo que obliga la ley de morosidad de 2010 en las operaciones comerciales.

Un solo dato positivo señala el informe, la contención de gasto. RTVV ha cortado el grifo en la contratación de exterior, lo que ha reducido sus compras en casi 60 millones de euros. Pero este dato se ha contrarrestado con uno malo y que, esta vez, afecta a todo el sector de la comunicación: la reducción de los ingresos publicitarios. Y en el caso de la RTVV además una reducción, hasta casi desaparecer, de los ingresos por venta de derechos que han quedado reducidos a 1,2 millones.

Caída de audiencia
Y para hacer todo más difícil, el descrédito de los informativos, a los que los valencianos acusan de estar entregados al Gobierno de la Generalitat, y la calidad de la programación en general  es tan discutible que los valencianos han dado la espalda a “su” televisión pública. Canal 9, que acabó el año con una cuota de pantalla que apenas superaba el 8%, ha visto aún más reducida su audiencia, que en estos momentos ni siquiera alcanza el 6% y con muchos programas, incluso en prime time, con seguimientos prácticamente inexistentes.