El coordinador general de IU en Andalucía ha reiterado en distintas ocasiones que la situación de Extremadura no se repetirá en Andalucía y aunque nunca lo ha dicho explícitamente, en la coalición sueñan con un escenario político tras las elecciones autonómicas, en la que esta fuerza sea determinante para gobernar en coalición con el PSOE y parar el acceso de la derecha al poder así como eliminar del ámbito político andaluz a Javier Arenas de manera definitiva. La reacción del líder popular ha sido la de la descalificación, y ha pasado a calificar a IU de "segunda marca del Sr. Griñán" y a decir de su coordinador, Valderas que "no tiene politica propia, sino que sigue sus aberraciones"

No habrá pinza ni pacto a la extremeña
Desde el PSOE, aunque piensan en la remontada, tampoco descartan este equilibrio de fuerzas y ello se evidencia en las suaves y a veces dulces relaciones con IU y su líder regional. Por ello no ha sorprendido la durísima y casi cruel andanada que Javier Arenas ha dedicado a la formación izquierdista en Andalucía y muy directamente a su líder, Diego Valderas. La esperanza de repetir pinza o imitar la situación de Extremadura se desvanece y se elimina de la mente del campeón de las derrotas del PP.

O diputado o alcalde
La gota que colmó el vaso de la paciencia de Arenas ante IU ha sido el acuerdo -que se convertirá en ley de obligado cumplimiento- logrado entre Griñán y Diego Valderas para que los parlamentarios andaluces no puedan hacer compatible este cargo con el de alcalde. Este pacto PSOE-IU ha dejado al PP andaluz descolocado pues la formación conservadora cuenta con un buen número de alcaldes y alcaldesas que compatibilizan ambas responsabilidades. Ahora, Arenas se encuentra con el problema de que no podrá presentarlos a los próximos comicios, con lo que ello conlleva de menor "tirón" electoral en las capitales y grandes municipios.

Dos problemas más para Arenas
Al mismo tiempo, otro problema añadido, será como contentar a los agraviados con esta ley de incompatibilidades al no poder cumplir el líder del PP-A las promesas contraídas de llevarlos al Parlamento Andaluz tras haber obtenido la victoria en las elecciones municipales. Un tercer problema se deriva de que algunos de los afectados deberán dejar las alcaldías recientemente ganadas si optan por ser diputado, con todo lo que ello trastocará los ayuntamientos que rigen y que quedarían en manos de alcaldes de segundo nivel y menos "categoría" política.

¿Elecciones el 1 de Mayo?
Por todo ello no ha extrañado la extrema dureza utilizada por el presidente del PP-A, Javier Arenas, contra IU, que ha definido un hipotético pacto de izquierdas PSOE-IU como una aberración.  En su opinión además dicho acuerdo está "muy hecho", basando tal afirmación en el hecho de que el coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, haya defendido al Presidente de la Junta, José Antonio Griñán, por convocar las elecciones autonómicas agotando la legislatura y estirándola hasta finales de Abril o principios de Mayo. Valderas ha llegado a proponer incluso la fecha del 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, por su carga de valor simbólico y como elemento movilizador del electorado frente a la amenaza de un posible avance de la derecha en Andalucía.

IU, "segunda marca del señor Griñán"
Arenas considera que ese "pacto alcanza la aberración de proponer las elecciones dos meses después de finalizar la legislatura" y añade que el coordinador general de IU en Andalucía, Diego Valderas, comete "un grave error" por haber renunciado al proyecto de IU "y convertirse en una segunda marca del señor Griñán, como venimos viendo las últimas semanas". "Valderas no tiene politica propia, sino que se limita a seguir las aberraciones del señor Griñán", afirma Arenas. Un Javier Arenas por cierto, que en este análisis coincide plena y curiosamente -en el fondo y en la forma- con el rival interno de Valderas, Juan Manuel Sánchez Gordillo, el líder de la izquierda más radical de la coalición  -y activista aspirante a seguir siendo parlamentario andaluz por Sevilla-, que une a su cargo de sempiterno alcalde de Marinaleda, el de líder de un sindicato del campo andaluz, dirigente de la formación CUT-BAI y como no podía ser menos, diputado andaluz.

Nunca mejor dicho, los extremos, -que no los extremeños-  se tocan.