No se puede pedir peras al olmo, dirán algunos, y, en efecto, esta derecha cretina ha demostrado con creces que su interés por España no es otro que conseguir el poder para gestionarla a su antojo. Ha demostrado que su noción de democracia es abusar de ella en aras de sus propios intereses (que no son los intereses de todos). Han demostrado que carecen de escrúpulos y de moral a la hora de embestir contra el gobierno para desgastarle, de usar sus medios de comunicación para difamar, mentir y pervertir la información con el fin de crear corrientes de opinión que les sean favorables.

En esa tesitura, en los últimos días, tras el esperado discurso de Rubalcaba, los medios afines a esa derecha casposa han sacado sus afiladas armas oratorias para desprestigiar de manera indiscriminada al recién nombrado candidato socialista. De entre todas las burradas que he leído en esos medios me ha sorprendido especialmente una. En Libertad Digital, se ha calificado a Rubalcaba como “un elemento dañino para España”.

Realmente es de sensata lógica imaginar que quienes tildan de “elemento dañino” al político cuya gestión en Interior ha sido la más brillante y eficaz contra el terrorismo en España, o están muy mal informados, o mienten como bellacos, o sufren de idiotez oligofrénica aguda. Es de lógica sospechar que esos que lanzan ese tipo de osadas acusaciones no son verdaderos informadores, sino propagandistas a sueldo. Porque si algo hubiera que reprocharle a Rubalcaba desde la perspectiva de los intereses democráticos sería, precisamente, el apoyo que prestó en su día al PP en su oposición a la ansiada reforma de la Ley Electoral.

También es de sensata lógica prever que esos “elementos” que difunden este tipo de viles alegatos lanzarán cohetes y vitorearán eufóricos la llegada al poder, de producirse, de otros “elementos” que se niegan a condenar la dictadura, que crearon la burbuja inmobiliaria y engordaron la crisis en este país, que mantienen en una tribuna de honor a otro “elemento” que, mientras repetía sin cesar “España va bien”, hacía de su capa un sayo, y beneficiaba y abría de nuevo las puertas del poder a sectores reaccionarios y antidemocráticos.

Falta por ver, llegado el caso, la gestión que llevará a cabo Rubalcaba. Sea como fuere su propuesta política es socialdemócrata. Desde la lógica democrática, la sensatez y el puro y simple sentido común los verdaderos “elementos dañinos” para España son esos que representan al neoliberalismo (o neofascismo) más contumaz, que se niegan a hacer democracia, esos que hacen propaganda populista al más puro estilo franquista, esos que se niegan por sistema al diálogo político y al consenso democrático, esos que llevan años engañando y crispando a los españoles y corrompiendo las instituciones democráticas.

Los verdaderos elementos dañinos para España son esta derecha política que representa esa España vulgar que denunciaba Machado, esa España de sarao y sacristía que aún persiste, corta, mediocre, inculta, insolidaria y mezquina que, como poetizaba el gran poeta, “ora y embiste” u “ora y bosteza”.

Coral Bravo es Doctora en Filología