Si Franco levantara la cabeza y viera estas procesiones del Corpus (y, ay, tantas cosas más), pensaría satisfecho “¡pues sí que lo dejé todo atado y bien atado!”.

Por supuesto, no estoy denunciando la participación de autoridades, a título personal, en las procesiones: sería lícito, estarían en su derecho. Lo que denuncio es su participación institucional, como cargos públicos: esto es inaceptable y vergonzoso. ¿Dónde queda la aconfesionalidad del Estado que exige la Constitución? ¿Dónde el respeto a los ciudadanos de esas autoridades civiles y militares?

Si Franco (ya saben, aquel dictador nacional-católico criminal que procesionaba bajo palio) levantara la cabeza y viera estas procesiones del Corpus (y, ay, tantas cosas más), pensaría satisfecho “¡pues sí que lo dejé todo atado y bien atado!”.