Así es que les voy a desvelar ahora algo que les hubiera contado ayer de haber mantenido el güiquilik. Algo que tiene que ver, aun de una manera muy tangencial, con el terremoto. Una pequeña historia, mínima y absolutamente ridícula, comparada con la tragedia de Lorca, una cosa de periodistas y políticos, pero que les permitirá entender mejor cómo funciona este mundo.

En Oviedo, el pasado miércoles, habíamos coincidido por primera vez las dos caravanas de periodistas, la de quienes seguimos los mítines del PSOE y los que siguen al PP. Les cuento, los más marchosos de ambos grupos habían preparado lo que ahora se llamaría “una quedada”.  Había un intercambio de sms y llamadas continuas entre los periodistas de los dos grupos. Una especie de reto, un pequeño juego.  Pero sucedió el terremoto de Murcia y todo cambió.

Según fuimos sabiendo más de la verdadera dimensión del terremoto y sus consecuencias comenzó a tomar cuerpo el rumor de que se suspendían los actos del jueves.  Como conté en el anterior güiquilik, teníamos aquella noche una cena prevista con José Blanco que el ministro tuvo que suspender para incorporarse al equipo que coordinaba la ayuda. La cena quedó solo para periodistas. Hacia las diez de la noche, desde el gabinete de otro ministro, me contaron vía sms que parecía que definitivamente se cancelaba la campaña. Al menos para un día.  Pero nada oficial.

Los miembros del equipo de comunicación del PSOE que nos acompañan, de trato extraordinario, se esforzaban por hacer su trabajo e intentaban confirmar lo que pudiera haber, pero nadie parecía estar en condiciones de aclararles nada en Moncloa. Así fueron pasando los minutos hasta que desde la “otra caravana”, la de “la oposición”, nos llegó la noticia. El equipo de Comunicación del PP confirmaba a los periodistas que les acompañan que Rodríguez Zapatero había llamado a Rajoy y se habían puesto de acuerdo: el jueves, con Lorca en escombros, era un sinsentido mantener el ring político y se suspendían todos los actos electorales durante 24 horas. Y así recibimos nosotros la confirmación de la suspensión de los mítines. Y a través de la llamada de  alguno de nuestro grupo recibieron también la confirmación quienes debían decírnoslo a nosotros. Les voy a contar aún más; por esta vía fue como se enteró también alguna de la gente del Comité Electoral del PSOE.

No sé si se dan cuenta. Voy a resumir y repetirme. Zapatero era quien había llamado a Rajoy. Pero nadie desde Moncloa tuvo el reflejo de avisar a quienes dirigen la campaña electoral del PSOE para compartir con ellos el dato. En el Comité Electoral del PSOE, en el equipo de comunicación que acompaña y tiene que tratar con los periodistas que debiéramos tener la mejor información sobre lo que hace el partido del Gobierno en la campaña, supieron de la suspensión de los actos electorales más tarde no ya que sus contrapartes en el PP, sino incluso que los periodistas que acompañan al PP.

En Moncloa, en el círculo más cercano, en el más íntimo, al Presidente del Gobierno, sigue fallando la comunicación. Incluso para informar a los suyos.

Hoy la caravana está en Palma de Mallorca. Pero no nos envidien. Hemos llegado pasadas las cuatro de la tarde. Y nos tenemos que levantar a las 4.30 de la mañana, porque tenemos mañana mitin en Valencia a medio día. Ya, ya, más dura es la mina…