Un juez de Málaga ha ordenado a un hombre de 25 años a abandonar el domicilio de sus padres. El joven había demandado a sus progenitores porque se negaban a darle una paga de 400 euros. Sin embargo, los padres lo mantenían y asumían mensualmente la letra de su coche.

La sentencia del Juzgado de Familia número 5 considera que el chico puede vivir por su cuenta, ya que tiene edad suficiente para trabajar. La decisión destaca el hecho de que el joven posee conocimientos y habilidades en un sector tan especializado como la inversión en bolsa.

Por ello, el tribunal le da un plazo de un mes para abandonar el domicilio familiar.  No obstante, impone a los padres abonar a su hijo una pensión de 200 euros mensuales durante dos años.

El joven está matriculado en la Facultad de Derecho, aunque su expediente - con sólo tres asignaturas aprobadas - sugiere su poca dedicación al estudio. La sentencia califica de «inconsistentes» las excusas dadas por el joven para tratar de justificar su deficiente expediente académico alegando que el retraso se debía a que sus padres no le habían pagado la matrícula algún año