En declaraciones a ELPLURAL.COM la Fiscal de sala, Soledad Cazorla, ha comentado que abrirá diligencias preprocesales para estudiar el caso, incluidas las posibles denuncias que lleguen de diferentes organizaciones cívicas e instituciones que se han mostrado escandalizadas ante el artículo de Sostres. Estas diligencias preprocesales podrían llegar a inculpar a Sostres y abrir un proceso penal o cerrar el procedimiento en caso que no se encontrase delito.

El artículo de Sostres es un ejemplo de todo lo malo que se hace en violencia de género
Una de las cosas que más preocupa a los expertos en estos asuntos de violencia de género en el artículo de Sostres es que demuestra la resistencia social a rechazar sin ambages al maltratador; determinada “comprensión” hacia sus acciones hablando de arrebatos, acción pasional, etc. “Que una mujer decida libremente dar por concluida una relación nunca puede justificar un acto de violencia –dice Soledad Cazorla a ELPLURAL.COM-. Esto sin olvidar que la mujer está ahora muerta, que no podemos conocer su versión de lo que sucedió y que por tanto, se supone, tenemos que dar por bueno el relato del homicida que, por otra parte todavía no ha declarado en sede judicial”.

Hay otra cosa que preocupa a la Fiscal de esta historia, como de tantas otras de este tipo: “Lo más grave de estos casos es cuando se produce una perversión de los papeles. Aquí, por ejemplo, se tilda de maltratadora psicológica a la mujer, se dice que es ella la que abandonaba, como si ella fuera la victimaria y el hombre la víctima, y se pretende así explicar el acto de violencia que protagoniza el hombre. Es un intercambio de papeles inaceptable”.

Como en el caso de los terroristas, los maltratadores son los que actúan mal
Salvador Sostres ha recibido por su artículo el reproche de la propia redacción de El Mundo, que pidió a su director, Pedro J. Ramírez, el cese de sus colaboraciones. Una petición que, por cierto, aún no ha recibido contestación del director del rotativo. Pero también es cierto que se han escuchado otras voces en las que se hablaba de defensa de libertad de expresión o linchamiento moral contra el columnista. Lo que viene a demostrar el camino que aún falta por recorrer en este campo.

Igualmente, para muchos expertos, resulta preocupante cierta tendencia que se está agudizando cada vez más: descargar las responsabilidades del criminal mientras se discute sobre el papel que juegan otros, como pueden ser la policía, los fiscales o los jueces, cuyas actuaciones se examinan al milímetro y se ponen en tela de juicio por encima del hecho incontestable que la violencia la ejerce el maltratador. Cazorla dice que “no tenemos que perder de vista que estos hechos tan graves causaron el año pasado 74 mujeres muertas por violencia de género y 5 menores –hijos- fueron asesinados como consecuencia de esta lacra que no puede tener nunca justificación  ni comprensión”.