Llegó el día y se han cumplido las nefastas previsiones para el ser humano. Este dos de agosto, según el cálculo realizado por Global Footprint Network, nuestra especie ha agotado todos los recursos naturales renovables de los que disponíamos para todo el año.
La noticia, aunque conocida, no puede ser ignorada por importante. Lo que dice el estudio elaborado por esta entidad benéfica y sin ánimo de lucro creada 2003, desde su perspectiva de think thank que promueve soluciones para avanzar en la sostenibilidad, incluyendo la huella ecológica y la biocapacidad, es que hemos llegado a un sobregiro ecológico, es decir, que desde hoy empezamos a gastar lo que ya no tenemos.
Casi dos 'tierras'
De los datos que ha recopilado esta organización y que se pueden consultar en este enlace, se desprende que la humanidad precisa actualmente de casi dos planetas (1,7 ‘tierras’) para cubrir todas sus necesidades, nada más y nada menos.
El informe de Global Footprint Network, entidad asociada a WWF, pone el acento en la manera de vivir y el tratamiento que el ser humano hace del planeta, con un consumo desmesurado que se refleja, por ejemplo, en el agua, la desertización o la deforestación, entre otros fenómenos negativos.
Seguramente a muchos esta llamada de atención global no les interesa. Sin embargo, si se tiene en cuenta que todavía nos quedan de este 2017 22 semanas por delante y que, en comparación con el mismo informe del pasado año, la fecha de déficit ecológico se ha adelantado en seis días (en 2016 se produjo el 8 de agosto), entonces la reflexión debe ser profunda, sobre todo ante decisiones de gobiernos como el de Donald Trump, de abandonar las políticas de protección del medio ambiente y contra el cambio climático.
Recursos limitados
Sin duda alguna los recursos naturales son limitados. Su agotamiento se deja notar, y de qué manera, en muchos de nuestros hábitos de vida. España tampoco es ajena al fenómeno que denuncia este informe.
Hace unos meses se puso de manifiesto que nuestro país se encuentra entre los que más déficit ecológico presenta del mundo, una huella ecológica negativa que tiene el dudoso honor de compartir con el resto de países llamados occidentales o desarrollados.
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Además, según las cifras de la misma organización, el estilo de vida de los españoles, de mantenerse, requeriría de un país que fuera casi 3 veces más grande que el actual (2,94), es decir, que están encendidas todas las alarmas.
No todo es negativo. Global Footprint Network, que para elaborar este estudio tiene en consideración aspectos como la huella de carbono, recursos pesqueros y ganaderos, el ladrillo o el uso que se hace del agua, señala que aunque las previsiones no son halagüeñas, sí es posible revertir la situación a través de acciones globales y personales firmes y eficaces. ¿Seremos capaces de comprometernos?
