Cualquier emprendedor le contará una historia parecida a esta: todas las personas de mi entorno a las que les he explicado mi proyecto se ofrecen para invertir en él, pero con eso no consigo la suficiente financiación. Es la famosa “primera ronda”, dirigida a amigos y familiares [Friends &family en el argot], que proporcionan unos recursos mínimos para poner en marcha una empresa. Trust·u, una startup del “ecosistema” de BBVA con apenas dos semanas de existencia, ofrece préstamos a cambio de confianza: si tu círculo social y familiar te apoya, ellos completan tus necesidades de financiación.

Hemos entrevistado a su CEO, Gustavo Vinacua, para que nos explique cuál es la razón de existir de esta startup que ayuda a otras startups. “Se trata de compartir la confianza, no el riesgo”, es la frase con la que resume su filosofía.

"Se trata de compartir la confianza, no el riesgo"

“Las pequeñas empresas son el motor de la economía y generan una gran parte de los nuevos empleos. Sin embargo, son también las que más dificultades tienen para acceder a financiación. Trust•u nace de la idea de tratar de ayudar a las pymes para que tengan más oportunidades de éxito”, afirma Vinacua. El objetivo es facilitar la obtención de un préstamo para proyectos que no cuentan con un historial financiero que refleje su capacidad para devolverlo.

Un modelo que se aleja del más extendido en la actualidad, en el que los emprendedores son puestos en contacto con personas o instituciones interesadas en ofrecer financiación. “Se trata de que la pyme consiga un mínimo apoyo entre familiares y amigos, para que nosotros podamos aportar el resto de la financiación que la empresa necesita. Así, es el usuario quien decide a quién, cómo y cuándo solicitar su apoyo; nosotros facilitamos el proceso pero no intervenimos en él”, explica Vinacua.

Otro de los puntos en los que se diferencia es en el modelo de relación entre las partes implicadas.“Es la pyme quien invita de forma privada y fuera de la plataforma a sus familiares y amigos a que le presten dinero, las condiciones las acuerdan ellos y el resto del dinero lo aporta Trust•u de sus propios fondos, no lo consigue de inversores particulares como suele ser el caso del crowdlending [préstamos colectivos] o elP2P lending [préstamos entre individuos]”.

Aprendizaje

Los objetivos en esta etapa inicial son de aprendizaje, para más adelante “escalar la solución para que pueda ayudar a la mayor cantidad de pymes”. De hecho, el CEO de la compañía asegura que se trata de un “producto vivo” que se irá ajustando en función de la experiencia y de las necesidades de los clientes.

"Es el usuario quien decide a quién, cómo y cuándo solicitar su apoyo"

Esa falta de definición del proyecto va a exigir, quizá, un cierto nivel de confianza por parte de sus usuarios. El acceso a la información de sus empresas podría ser utilizado por BBVA para ofrecerles sus propias soluciones financieras. Vinacua asegura que no es algo que  esté en sus planes en el corto plazo. “Aunque, en un futuro, sí queremos ayudarles ofreciéndoles otros servicios, hoy por hoy, esto no está definido ni desarrollado”.

También habrá cambios en el ámbito geográfico, ahora centrado en nuestro país, pero con vocación de extenderse a otros lugares: “Las pymes tienen dificultades para acceder a financiación en todo el mundo, en todas las geografías, sin excepción”.

Una apuesta digital

Trust•u ofrece a sus clientes una experiencia totalmente digital, “sin necesidad de papeles ni de acercarse a una oficina”. Se suma, así, a la oleada de adquisiciones y lanzamientos de proyectos de banca digital de BBVA que explicaba su consejero delegado, Carlos Torres, esta misma semana, durante el Money 20/20, uno de los encuentros más importantes del mundo en materia de fintech [tecnología aplicada a las finanzas], celebrado en Copenhague.

En su intervención en el evento, Torres destacaba el papel crucial que debe jugar la confianza en el futuro del sector financiero. A su juicio, si las entidades son capaces de obtenerla, “podemos crear un banco automatizado para los clientes, una experiencia en que el cliente tiene el control y que ofrece asesoría uno a uno”.

"Podemos crear un banco automatizado en que el cliente tiene el control"

No es de extrañar, pues, que el bancohaya elegido ayer mismo a Change, una startup israelí que asegura permitir a cada persona convertirse en el director general de sus propias finanzas, como ganadora de BBVA Open Talent 2017. Entre sus funcionalidades, destacan la asignación de la cantidad adecuada de dinero para realizar a tiempo el pago de las facturas yla automatización de los depósitos destinados a la cuenta de ahorros.

Además de estos dos proyectos, BBVA ha reforzado recientemente su “ecosistema digital”, con la adquisición de Simple en Estados Unidos, Holvi en Finlandia,Openpay en México y Spring Studio; la inversión en Atom Bank en Reino Unido; el lanzamiento de servicios como Muno, que se presentó recientemente en España, o Covault, una solución de identidad que acaba de iniciar sus actividades; alianzas con la startup de blockchain Ripple, con Amazon Web Services o Salesforce; y proyectos de co-exploración como R3 o Hyperledger para ayudar a construir e influir en las tecnologías emergentes que serán la base del sistema bancario.

Esa apuesta por la innovación y el fintech es una respuesta a la progresiva desaparición de las fronteras entre tecnología y finanzas, tal y como lo expresa el presidente de BBVA, Francisco González: “Estamos compitiendo por ser los Amazon o Netflix de la banca. Y confiamos en que BBVA va a ser uno de los vencedores en esta competición”. González hizo esta afirmación en la presentación de la novena entrega de OpenMind, El próximo paso: La vida exponencial, en el que se recoge la visión de distintos expertos de reconocido prestigio internacional sobre temas relacionados con la tecnología y su impacto en la vida de las personas.