Por desgracia, no es la primera vez que un campeonato deportivo deja de ser un evento de celebración y muestras de valores como la deportividad para ser manchado con tintes de machismo o desigualdad. Esto es lo que ha ocurrido en el VI Open Ciudad de Benicàssim, el 4 y el 10 de septiembre, donde las ganadoras, mujeres, conseguían premios monetario que representaban casi la mitad de lo que se llevaban sus compañeros masculinos.

El reparto de los premios han sido los siguientes: 1.000 euros para los primeros clasificados si eran hombres y sólo 600 si las campeonas eran mujeres, y eso que todos, independientemente de su sexo, habían pagado la misma cantidad para inscribirse y poder participar.

Y las desigualdades continúan según bajamos en la tabla de clasificación. Los subcampeones fueron premiados con 500 euros, sólo 100 euros menos que las primeras clasificadas del torneo. Una pequeña diferencia que se entiende cuando vemos que las subcampeonas femeninas sólo ganaros 300 euros. En el caso de los cuartos de final, volvía el machismo: 175 euros para ellas, 75 para ellos.

La organización del torneo no ha tardado en dar explicaciones con la intención de intentar parar la lluvia de críticas que estaba cayendo sobre sus cabezas. Ante las acusaciones de machismo, la organización ha explicado que las diferencias en los precios se explican por la desigual participación. Al haber casi el sobre de participantes masculinos que de mujeres, sus premios debían ser mayores, pues también habían aportado más a la recaudación de la que salen dichos galardones con el pago de esos 25 euros de inscripción.

Un torneo con dinero público

Pero esta explicación no ha calmado la polémica, sobre todo porque parte de la financiación de este VI Open Ciudad de Benicàssim venía directamente de las arcas de la Diputación de Castellón. Con la calve de la financiación pública de un torneo en el que se han vivido claras desigualdades, las críticas aumentaron a tal nivel que, la propia Diputación, ha pedido perdón y ha anunciado que trabajara para rectificar y se aumentaran los premios de las ganadoras para igualarlos a los de los hombres.

Si miramos el cartel del Open, es fácil comprobar que aparecen como patrocinadores públicos tanto el Ayuntamiento de Benicássim como la Diputación de Castellón, aunque ninguno de estos organismos son organizadores y señalan directamente a la organización del torneo, lamentando que se haya vivido un caso de discriminación.

Es más, el Ayuntamiento ya ha anunciado que desde este momento cualquier evento deportivo financiado o ayudado con dinero público tendrá que tratar por igual a hombre y mujeres.