“No tengo ganas de volver a casa. Siento que quiero quedarme aquí y no dejar que ellos, sean quienes sean, ganen”. Sufrir tres ataques en los últimos meses y conseguir salir ilesa de todos. Es la historia de Julia Monaco, una australiana de 26 años que estaba de compras por el centro de Barcelona el pasado jueves, cuando una furgoneta irrumpió en la calzada central.

El pasado 3 de junio, Julia estaba en el metro de Londres justo cuando tuvo lugar el atropello en el London Bridge, que dejo ocho muertos y 48 heridos. Pocos días después, presenció cómo un hombre agredió a tres policías a las puertas de la catedral de Notre Dame, en París.

El pasado jueves, todo volvió a cernirse sobre Julia como si de un deja vu se tratase. Estaba visitando Barcelona con un grupo de amigas cuando de repente, estando ella en la Plaza de Catalunya, tuvo lugar el atropello masivo que ha dejado al menos 14 muertos y 124 heridos. Las autoridades las obligaron a refugiarse en una tienda cercana y a tumbarse en el suelo, alejadas de las ventanas.

“Tan pronto estoy comprando camisetas como corriendo para alejarme de las ventanas”, escribía la joven en su cuenta de Twitter antes de regresar sana y salva a su hostal. A pesar de todo, Julia ha recalcado que no dejará de viajar, o al menos es lo que ha asegurado.