No fue una buena noche para el árbitro vasco de Burgos Bengoechea en el Camp Nou. Ante él estaban los dos colosos el fútbol español y mundial pugnando por el primer título oficial de la temporada en España.

Tras una primera parte más calmada, aunque con errores de apreciación en ciertas jugadas que conllevaron cartulina amarilla para jugadores de ambos conjuntos, la segunda se tornó en el acabose. El joven colegiado no supo llevar un encuentro de tan alta tensión como es un Clásico.

El inicio de la indignación madridista

 

En el minuto 75, tras un rebote, le llega un balón a Luis Suárez en el lateral del área pequeña. El jugador uruguayo, controló, y enfiló la portería de un Keylor que fue a tapar los huecos que imposibilitarían al ariete culé anotar un tanto. Sin embargo, el charrúa, tras un leve roce con el guardameta merengue, cayó al suelo. Ante esta situación, de Burgos Bengoechea señala pena máxima y los futbolistas blancos protestan al colegiado aduciendo que Suárez se tiró a la piscina para simular y engañar al trencilla. Cosa que consiguió, pues en las posteriores repeticiones, se ve cómo el uruguayo se tira. Juzguen ustedes mismos. 

La roja a Cristiano

Tras la polémica jugada del penalti de Suárez, que transformó Messi y empató el partido, llega las dos acciones siguientes de la polémica. La primera de ellas es un contragolpe del Real Madrid que conduce Marco Asensio para meter un pase milimétrico al espacio para Cristiano. El portugués, en carrera con Umtiti, enfila portería y cae por la inercia del forcejeo - totalmente legal - ante el central francés. Ante esto, de Burgos Bengoechea, en su noche más aciaga, le saca la segunda tarjeta amarilla a Ronaldo. La explicación es que el colegiado entiende que el jugador blanco simula para provocar el penalti a favor, aunque simplemente se cae por la acción. Esta expulsión conllevó una salida de tono del astro madridista imperdonable. Y es que empujó levemente al colegiado lo que, según el reglamento, está totalmente prohibido y se castiga con cuatro partidos de sanción - la mínima, pues la máxima son 12 -. 

El vasco estaba deseando que concluyera ya el partido. Un debut amargo en el mejor partido que se puede ver en el planeta fútbol. Le costará olvidarse de esa noche a un árbitro joven y con una larga carrera por delante, que el colectivo de árbitros quiere hacer internacional en poco tiempo.